Salió como siempre, a hacer un mandado. Tardaba en volver y ahí nos enteramos de que le habían robado”, relató su mamá, Lorena, en diálogo con Medios RED. El padre del chico fue más preciso: “Le dijo que se le había caído algo. Cuando Santi se dio vuelta, le tiró una patada y lo obligó a bajarse”.
El joven ladrón, apodado “El Monito”, fue identificado por la familia y por los propios vecinos. Incluso, parientes del sospechoso confirmaron su identidad. A pesar de la denuncia radicada, hasta el momento sigue libre, prófugo, en un barrio donde todos saben quién es pero nadie lo detiene.
La historia podría haber quedado solo como una muestra más del abandono, la bronca y el miedo. Santino quedó afectado. “No pudo dormir esa noche, no quería ir solo a la escuela y ahora hay que acompañarlo a todos lados”, contaron sus padres.
Pero entre tanta angustia apareció una luz. Carlos, un vecino anónimo conmovido por la situación, le regaló a Santino una bicicleta nueva. “Cuando volvió del colegio y la vio, no lo podía creer. Fue una gran alegría para él”, expresaron sus padres, con lágrimas de agradecimiento.
El video del robo fue publicado en SL24 y generó una oleada de indignación. La policía, hasta ahora, no dio con el paradero de “El Monito”. La familia y toda una comunidad piden justicia. Mientras tanto, un gesto solidario logró lo que ni el Estado ni la policía pudieron: devolverle a un chico la sonrisa que le habían robado.