La licitación de la Vía Navegable Troncal (VNT) comenzó formalmente con una primera reunión encabezada por la Administración General de Puertos (AGP), en la que participaron organismos públicos, cámaras nacionales y representantes provinciales. Aunque hubo apoyo generalizado al proceso, surgieron reclamos técnicos clave que podrían modificar sustancialmente el nuevo pliego.
Uno de los puntos más debatidos fue la duración de la concesión. Varias voces, entre ellas las del Centro de Navegación y la Cámara de Practicaje, sugirieron un esquema de 20 años con posibilidad de prórroga por otros 20, para brindar estabilidad a los inversores pero sin comprometer el control público en el largo plazo.
En la misma línea, se pidió dividir el contrato en dos zonas como máximo, y separar el dragado del balizamiento. Este punto fue remarcado por especialistas, que advirtieron que mantener todo bajo un solo adjudicatario podría encarecer la operación final y reducir la competitividad del sistema. Una mayor segmentación generaría más incertidumbre para los oferentes y podría traducirse en tarifas más altas.
Entre los puntos concretos, se solicitó que el pliego no incluya la remoción de buques hundidos, la resolución de deudas con el actual concesionario, y una revisión integral de los segmentos tarifarios, especialmente en la primera sección de la vía, que representa el 30% del recorrido pero paga el 60% del peaje. Si el cálculo se hace por tonelada registro neto (TRN), la distorsión es aún mayor.
Otro aspecto clave fue el planteo del dragado del riacho Barranqueras, impulsado por Chaco, para mejorar la conectividad de esa zona con la red troncal. En paralelo, la Cámara de Practicaje pidió incorporar información en tiempo real y definir zonas de fondeo seguras, medidas que mejorarían la seguridad y previsibilidad de la navegación.
También se reafirmó el pedido de mantener los 42 pies de profundidad, condición básica para sostener la competitividad logística del sistema agroexportador.
Aunque se habló del uso diferencial de la vía según el tipo de puerto, todavía no se presentaron estudios técnicos específicos. Se espera que los aportes más detallados se realicen en las próximas mesas de trabajo, que —según se anunció— se desarrollarán en Santa Fe o Rosario, y luego en Paraná y Chaco. Sin embargo, al igual que en la jornada inicial, no está garantizada la participación de las cámaras del Cordón Industrial, que siguen siendo ignoradas por la mesa organizadora.
El debate sobre el costo del peaje, especialmente el que enfrentan los puertos santafesinos frente al puerto de Buenos Aires, también se metió de lleno en la agenda. La diferencia de costos fue expuesta en duros términos por funcionarios porteños, que ven una distorsión estructural que debe resolverse.
Mientras tanto, el Cordón Agroexportador más importante del país —el de San Lorenzo, Puerto San Martín y Timbúes— sigue sin tener voz directa en la mesa. Una ausencia que empieza a pesar cada vez más en un proceso que define el futuro del comercio exterior argentino.