Editorial

El ocaso político de Esteban Aricó: de jefe de la oposición a peón del kirchnerismo

El ocaso político de Esteban Aricó: de jefe de la oposición a peón del kirchnerismo

Aricó en un video cuando aseguró no tener nada que ver con la ONG y que no había denuncia
Por Nicolás Carugatti
Por Nicolás Carugatti

La reciente confirmación de la lista de concejales que encabeza Esteban Aricó en San Lorenzo expone, con crudeza, su pérdida de poder y liderazgo dentro de la oposición local. En apenas un año y medio, pasó de ser el gran candidato del peronismo santafesino a un dirigente sin estructura propia, obligado a compartir protagonismo con sectores ultra kirchneristas que antes combatía.

Aricó fue, en 2023, la gran apuesta del entonces gobernador Omar Perotti para recuperar el municipio de San Lorenzo. Con todo el aparato económico de la provincia detrás, el peronismo desplegó una campaña sin precedentes, financiada en buena parte con mecanismos turbios que incluían la utilización de ONGs pantalla para recibir fondos millonarios de programas sociales. La más resonante de ellas fue Protegiendo Sueños, una organización manejada por su círculo íntimo y operada directamente desde su búnker de campaña, hoy denunciada por el robo de más de 70 millones de pesos en raciones de comida que nunca llegaron a niños vulnerables.

A pesar de ese despliegue, el intendente Leonardo Raimundo logró imponerse en las elecciones, resistiendo el embate de un peronismo que vio en Aricó un caballo de Troya para tomar el control del municipio. La derrota marcó el principio del fin de su liderazgo dentro de la oposición.

Hoy, Aricó enfrenta un nuevo escenario: con su espacio desintegrado y su imagen desgastada, debió recurrir al sector ultra kirchnerista de los Cerdera en San Lorenzo para mantener cierta relevancia política. En 2023, Martín Cerdera se impuso en la interna peronista sobre los candidatos de Aricó y logró un lugar en el Concejo. Ahora, como parte de una negociación que exhibe la debilidad de Aricó, los Cerdera se quedaron con los lugares más relevantes en la lista de concejales: el segundo y el tercer puesto para su espacio, el cuarto para un referente del senador Armando Traferri, y recién en el quinto apareció un nombre ligado a Aricó, casi como un gesto simbólico.

Como se muestra en el posteo Martin Cerdera muestra a sus candidatos sin la figura del primero de la lista que es Esteban Aricó, algo muy poco frecuente en politica y que sólo se da cuando el armado de las listas tiene que ver con intereses más provinciales que locales.

Este armado no solo revela su pérdida de liderazgo, sino que expone su falta de respaldo dentro de su propio sector. Varios de los referentes que intentó convocar para una lista puramente propia le dieron la espalda, en gran parte por las acusaciones que pesan sobre Protegiendo Sueños. Nadie quiere compartir boleta con quien dejó caer a sus allegados, negándose a asumir cualquier tipo de responsabilidad por la organización que, hasta hace poco, operaba dentro de su propia estructura.

El discurso de Aricó sobre el escándalo de la ONG es otra muestra de su decadencia. Nunca negó que Protegiendo Sueños haya robado dinero destinado a alimentos para niños; su defensa se limitó a repetir que no tengo nada que ver con la ONG, no hay causas contra mí. Una declaración cínica que solo refuerza su imagen de dirigente que abandona a sus propios soldados cuando la situación se complica.

Pero no solo Aricó queda expuesto en esta maniobra. Martín Cerdera, quien en la Comisión de Gobierno del Concejo pidió en dos oportunidades que los responsables de la ONG se presenten a dar explicaciones, ahora acepta compartir boleta con el mismo dirigente que evitó cualquier rendición de cuentas. Todo sea por el armado provincial impulsado por Juan Monteverde en el esquema de poder que sostienen Antonio Cerdera (padre de Martín y hombre de confianza de Agustín Rossi) y el propio Martín Cerdera.

Lejos de consolidarse como el jefe de la oposición en San Lorenzo, Esteban Aricó se convirtió en un eslabón menor dentro de un entramado político que lo usa para sus propios fines. Su cierre de lista es la prueba más clara de que su liderazgo quedó en el pasado.

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