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El Peronismo apuesta por un defensor de Hugo Chávez para la reforma constitucional en Santa Fe

El Peronismo apuesta por un defensor de Hugo Chávez para la reforma constitucional en Santa Fe

El dictador venezolano Nicolás Maduro, con la bandera de “Ciudad Futura”, directamente entregada en mano por el concejal argentino Juan Monteverde. (Facebook: Juan Monteverde)
Juan Monteverde, ex candidato a intendente de Rosario y referente de Ciudad Futura, será el principal constituyente del peronismo en el debate por la reforma de la Carta Magna provincial. Su alineamiento ideológico con el chavismo genera controversia y reaviva tensiones internas.
Juan Monteverde, ex candidato a intendente de Rosario y referente de Ciudad Futura, será el principal constituyente del peronismo en el debate por la reforma de la Carta Magna provincial. Su alineamiento ideológico con el chavismo genera controversia y reaviva tensiones internas.

El peronismo santafesino definió su estrategia para la reforma de la Constitución provincial con una jugada que tomó por sorpresa incluso a muchos dentro del propio espacio: Juan Monteverde, referente de Ciudad Futura y ex candidato a intendente de Rosario, será el primer nombre en la lista de constituyentes que representará al sello Unidos por la Patria, la marca que el kirchnerismo utiliza para sostener su presencia en la arena electoral.

Monteverde no es un dirigente peronista tradicional. Su partido, Ciudad Futura, ha construido su identidad en base a una retórica de izquierda dura y ha expresado sin tapujos su afinidad con figuras como Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Un ejemplo de ello es el lanzamiento de un dulce de leche con la cara de Chávez y la frase “Aquí no se rinde nadie”, comercializado en un tambo autogestionado de Rosario.

Este perfil ideológico hace que su designación como constituyente no pase desapercibida, sobre todo considerando que la reforma de la Constitución provincial requiere acuerdos amplios y consenso entre diversos sectores.

¿Por qué el peronismo apuesta por Monteverde?

El nombre de Monteverde no es azaroso. En las elecciones pasadas, el dirigente de Ciudad Futura logró colarse en el balotaje contra Pablo Javkin en Rosario y, si bien no ganó, demostró que puede ser un candidato competitivo. Este factor, sumado a la falta de figuras de peso dentro del peronismo santafesino, habría llevado a las distintas líneas internas del espacio a apostar por un outsider con capacidad de traccionar votos en Rosario, el distrito electoral más importante de la provincia.

La interna peronista no fue sencilla. Diferentes sectores, desde el Movimiento Evita hasta La Cámpora, pasando por Agustín Rossi y Armando Traferri, debatieron durante meses sobre los perfiles más adecuados para encabezar la lista de constituyentes. Finalmente, el peronismo resolvió por el controversial dirigente rosarino.

Un candidato que incomoda y divide

La decisión de llevar a Monteverde a la discusión constitucional genera resistencias en distintos sectores del peronismo que impulsó listas como la de Marcelo Lewandowski y Roberto Sukerman

En la vereda opositora, el oficialismo liderado por Maximiliano Pullaro no tardará en capitalizar esta decisión para marcar las contradicciones dentro del peronismo y reforzar la narrativa de que Unidos por la Patria sigue atado a los proyectos políticos más radicalizados de América Latina.

Conclusión: ¿una jugada estratégica o un error de cálculo?

La designación de Juan Monteverde como primer constituyente del peronismo es, sin dudas, una jugada arriesgada. Su perfil ideológico puede ayudar a consolidar un electorado progresista en Rosario, pero también genera resistencias dentro y fuera del peronismo.

En un contexto donde el gobernador Pullaro impulsa una reforma constitucional con énfasis en la modernización del Estado y la seguridad, la participación de un dirigente identificado con el chavismo y la izquierda radical puede convertirse en un punto de fricción dentro del debate.

Queda por ver si esta apuesta del peronismo santafesino es un golpe de efecto bien calculado o un error estratégico que terminará debilitando su influencia en la reforma constitucional.