Santa Fe amaneció este martes con barrios inundados y más de 90 milímetros de lluvia acumulada en pocas horas, pero sin haber recibido ninguna alerta oficial por parte del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Las precipitaciones llegaron a superar los 140 milímetros por hora en su punto más crítico, pero ni el SMN ni la Municipalidad pudieron advertir con antelación a la población. ¿La razón? El radar meteorológico de Paraná, clave para anticipar este tipo de eventos, lleva una semana fuera de servicio por falta de mantenimiento.
El radar, instalado en terrenos del INTA en Paraná y parte de la red nacional del SMN, está fuera de funcionamiento desde el 30 de abril. Su ausencia dejó a Santa Fe sin la capacidad de detectar tormentas intensas en tiempo real, una herramienta fundamental para emitir alertas de corto plazo y prevenir situaciones de riesgo.
Según confirmó el director de Gestión de Riesgo de la Municipalidad, Luis Mariano Cabal, esta situación no es nueva. El radar de Paraná ha quedado fuera de servicio en repetidas ocasiones, y el problema central es la falta de mantenimiento sistemático. El SMN depende para ello de una empresa privada, Buenos Aires Precisión Técnica (Bapt), que dejó de brindar el servicio debido a la demora en la firma del contrato, responsabilidad del Ministerio de Defensa de la Nación.
Este radar, de tecnología alemana, requiere personal técnico especializado para su reparación. Pero sin un contrato vigente y con un escenario de recorte presupuestario, no hay mantenimiento, ni asistencia, ni respuestas. La Municipalidad, ante la emergencia, solo pudo recurrir a imágenes satelitales, herramienta insuficiente para emitir alertas precisas y en tiempo real.
El radar de Paraná es parte de una red que cubre distintas regiones del país con un radio de alcance de 100 kilómetros, incluyendo ciudades clave como Resistencia, Córdoba, Ezeiza, Mar del Plata, Pergamino y Neuquén. Si un radar falla, no hay manera eficiente de compensar su ausencia debido a las limitaciones físicas del sistema, como la curvatura terrestre que reduce el alcance efectivo de cada equipo.
La falta de funcionamiento del radar de Paraná deja a toda la región en una preocupante vulnerabilidad. Y no es el único: el radar de Anguil, en La Pampa, lleva aún más tiempo sin operar. En ambos casos, el problema no es técnico, sino político y presupuestario. La burocracia estatal y los recortes impiden garantizar un servicio esencial para la protección civil.
Mientras tanto, el SMN permanece inalcanzable. Durante la mañana del martes, el medio AIRE intentó comunicarse sin éxito con el organismo. Las líneas telefónicas derivaban a contestadoras automáticas y no hubo respuestas humanas.
La tormenta ya pasó, pero el radar sigue sin funcionar. No hay fechas claras para su reparación, ni explicaciones oficiales sobre cuándo se firmará el contrato de mantenimiento. Lo que sí hay son consecuencias: barrios anegados, vecinos sorprendidos y una ciudad expuesta, sin herramientas ni respaldo para enfrentar el próximo evento climático severo.
Fuente: AIRE DIGITAL
