Cada proceso electoral en San Lorenzo parece traer consigo un guion ya conocido: taxistas asaltados, cortes de calles y tensión en aumento. El último incidente tuvo lugar el lunes a las 23:26 horas, cuando un taxista de la empresa Cotaxi fue atacado mientras trasladaba a dos pasajeros al barrio Las Quintas. Según la denuncia policial, uno de los pasajeros, armado con un objeto punzante, lo amenazó y le provocó una leve lesión en el cuello antes de robarle su billetera y 17.000 pesos en efectivo.
Aunque la lesión fue menor, algunos medios amplificaron el hecho bajo titulares alarmantes, como “apuñalaron a un taxista”, alimentando la percepción de caos. Este tipo de cobertura recuerda a otros episodios en procesos electorales previos, donde facciones de taxistas terminaron bloqueando la avenida San Martín con gomas incendiadas durante días.
Las mismas caras parecen estar detrás del conflicto. Un exconcejal, ahora dueño de un medio de comunicación bajo la lupa judicial por presunto robo de alimentos, estaría promoviendo el desorden. Mientras tanto, los hechos violentos contra taxistas, incluyendo un intento de asesinato a la hija de uno de ellos en elecciones anteriores, quedan sin respuestas claras. Este mismo personaje fue candidato a concejal en 2019 en las listas del Peronismo que por aquellas épocas tenía a Herme Juárez como principal financista de la campaña.
¿Son estos incidentes simples delitos o forman parte de una estrategia política para desestabilizar en plena campaña? Los patrones se repiten y la incertidumbre crece, dejando en evidencia cómo la política electoral puede sacar lo peor a la luz.
En un contexto donde la justicia avanza lentamente y los intereses oscuros parecen inamovibles, queda claro que los ciudadanos merecen respuestas y que la violencia no puede seguir siendo el telón de fondo de cada elección.