Editorial

Elecciones con apatía social y cazadores de Uber

Elecciones con apatía social y cazadores de Uber

Concejo San Lorenzo
Por Nicolás Carugatti – Director de SL24

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Por Nicolás Carugatti – Director de SL24

El próximo 29 de junio los ciudadanos de San Lorenzo volverán a las urnas, esta vez para elegir concejales. Pero, ¿quiénes son los concejales? ¿Qué hacen? ¿Qué bancas ocupan? La verdad es que, en la mayoría de los casos, el votante no lo sabe, ni lo recuerda. Esta desconexión entre el cargo y el elector es aprovechada por muchos candidatos opositores que intentan hablar como si fueran futuros intendentes, aunque el puesto que buscan es netamente legislativo, con mandato de cuatro años y funciones bien delimitadas.

En este contexto, florecen discursos que no presentan propuestas legislativas concretas, sino ataques al Ejecutivo, confusiones deliberadas y alianzas electorales que rozan lo inverosímil. El electorado, por supuesto, ya no escucha. La desorientación y el hartazgo hacen que cada vez más personas opten por no votar o hacerlo sin convicción.

En San Lorenzo, la escena política actual es un ejemplo de este desmadre institucional. Arico y Cerdera, que hoy se muestran como un frente unido bajo el paraguas kirchnerista, tienen bloques separados en el Concejo. ¿Por qué? Porque los une únicamente la ambición de poder, no una visión compartida de ciudad. Su alianza no responde a un proyecto de transformación, sino a una estrategia para captar el voto peronista del 30% que se mantiene fiel, sin importar escándalos ni incoherencias.

Arico, apadrinado por el gobierno de Omar Perotti, utilizó recursos públicos a través de una fachada de ONG —con el pomposo nombre “Protegiendo Sueños”— para financiar su campaña política. Esta organización simulaba funcionar como comedor social, pero en realidad era un búnker de campaña. La causa está en manos del fiscal Caterina y la provincia es querellante.

Con 70 millones de pesos recibidos por el Estado, la ONG jamás justificó ni un plato de comida. En cambio, el dinero habría sido usado para mantener un portal de noticias falsas —manejado primero por un familiar de su secretaria y luego por un exconcejal peronista— y sostener su maquinaria política. Una estructura que, en su esencia, recuerda al esquema Lázaro Báez: plata pública, obras fantasmas y retorno a la política.

Sitio a nombre del hijo de la secretaria de la ONG Protegiendo Sueños

Peor aún, mientras organizaciones verdaderamente dedicadas al trabajo social, como ANIDE, batallan para sobrevivir y asistir a niños y jóvenes con discapacidad, la ONG de los “amigos” de Arico cobraba como si hiciera lo mismo… sin hacerlo. ¿Resultado? Más plata para la campaña, más daño a la credibilidad institucional y cero asistencia social real.

A todo esto se suma la estrategia electoral del peronismo kirchnerista local, que incluye cazar autos de Uber como si fueran delincuentes, repartir copas menstruales en las plazas, y visitar aulas con menores de edad en nombre de la lengua de señas… a menos de 15 días de la elección. Sin aval oficial, sin programa institucional, sin el menor respeto por el rol de la escuela pública.

En esta atmósfera, la apatía crece. En las PASO para elegir convencionales constituyentes apenas votó el 59% del padrón. Nada garantiza que el 29 de junio el número no sea peor. La Capital Federal y Misiones ya mostraron ejemplos de elecciones con menos del 50% de participación. Y si acá se repite, que nadie se sorprenda.

San Lorenzo no se merece esta decadencia. Pero mientras los discursos sigan vacíos, los candidatos trancen sin escrúpulos, y la política sea un coto de caza de Uber y fondos públicos, lo único que vamos a cosechar es silencio. Y eso, en democracia, es lo más peligroso.

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