Aunque el SUPA es un gremio pequeño, 365 afiliados entre las terminales de Villa Gobernador Gálvez, Alvear, Rosario y Arroyo Seco, su peso estratégico es enorme: sus trabajadores manejan el acceso a los puertos por donde sale la mayor parte de los granos y derivados, clave para la generación de dólares en el país.
El ganador fue Marcelo Leiva, empleado de la Terminal Puerto Rosario (TPR), administrada por la chilena Ultramar en sociedad con Vicentín hasta su caída. Su lista logró arrebatarle la conducción a Aybar, un referente sindical con fuerte peso en la CGT regional y heredero de un apellido ligado al SUPA por décadas.
La derrota de Aybar fue un verdadero sacudón para la CGT Rosario, que apenas días antes había celebrado su reunificación. En el acto, el gremialista había ocupado un lugar central. La caída del SUPA se interpretó puertas adentro como un síntoma del malestar creciente en las organizaciones de base.
En la CGT nacional también se encendieron las alarmas: la elección en Rosario ocurrió en un contexto de derrumbe industrial y de comercio, pérdida de empleo formal y tensiones por la estrategia nacional frente al gobierno de Javier Milei. La central obrera improvisó una marcha contra la reforma laboral mientras uno de sus propios referentes, Gerardo Martínez (UOCRA), participa del Consejo de Mayo que impulsa el oficialismo.
Una oposición que insistió hasta ganar
No era la primera vez que la Lista Naranja intentaba quedarse con el SUPA. Ya se había presentado en 2017 y, según relatan sus integrantes, habían ganado aquella elección, pero Aybar no reconoció la derrota. Esta vez, redoblaron esfuerzos, blindaron los votos y garantizaron un proceso transparente que dejó sin margen de maniobra al oficialismo.
El desgaste de Aybar se profundizó tras el conflicto de 2022, cuando un paro prolongado paralizó el puerto de Rosario y expuso tensiones internas. Desde entonces, la oposición comenzó a tejer una estrategia sólida, incluso sumando el apoyo de referentes del Frente de Izquierda durante aquella lucha.
Este viernes, Leiva y su equipo asumirán la nueva conducción del SUPA Rosario, marcando el fin de una era y el inicio de un nuevo capítulo en uno de los gremios más sensibles de la región.








