El conmocionante hecho ocurrió el lunes en horas de la mañana cuando Evangelina corria por la zona de las vías a la altura del paso nivel de Orsetti al 400, pero fue atropellada por el tren. Hoy puede contar lo que le pasó: “Firmé el alta voluntaria y estoy en mi casa, acompañando a mi madre, que está muy delicada de salud. Estoy tomando la medicación que me recomendaron”, expresó por Cadena 3 Rosario, y contó: “Salí a correr como todas las mañanas, corro maratones. Soy súper atenta con el tema del tráfico, pero esta vez los nervios me jugaron una mala pasada y no advertí que pasaba una segunda formación. No escuché la bocina, nada”.
“Pensé: me quedo al medio. Inconscientemente pensé eso en ese momento, pensé en que iba a darme el topetazo y me iba a chupar –relató-. Si volvía atrás o avanzaba mis piernas o brazos quedaban sobre los rieles. Puse los brazos y lo esperé. Me dio el topetazo, me tiro abajo, aplasté mi cuerpo hacia el piso y quedé boca arriba viendo el tren. Sentí que una rueda agarró mi pie, pero no supe si me lo cortó. Me quedé quieta aguantando el dolor, mientras seguía pasando la formación. Pensé en cuidar mi cara, pensé que iba a morirme, no quería que mis hijos me vieran destrozada”.
Evangelina, además, agregó: “Luego se acercó un policía llamado Pedro, y me empezó a pedir que no me moviera. Yo corro con auriculares, cuando cruzo la calle los retiro de mis orejas. Pasaron dos locomotoras, pasó una manguera cerca de mi cara. Sabía que iba a morir y quería salvarme del destrozo. Me puse boca abajo y sentí que una rueda me aplastó el pie. Logré sacarlo y me quedé quieta, con los ojos abiertos contaba las ruedas que pasaban. Deseaba que frene para saber si viviría o moriría”.
Y cerró: “Me jugó una mala pasada lo de mi mamá. Tenía que llegar a las 11 a su casa porque llegaba el médico. El cáncer tiene estadíos, mi mamá está en el último. Mi ocupación es acompañarla en estos días. Yo lucho hace cuatro años, cuando me sacaron un cáncer. Yo la lucho todos los días, por vivir. Solo perdí una falange del dedo del pie. Agradezco al policía y los ambulancieros, también a los médicos del Eva Perón”.
