Hace una década que Timbúes vive una transformación veloz y violenta generada por el crecimiento exponencial que le brindó la instalación de las agroexportadoras más importantes del mundo. Sus condiciones naturales, por la presencia del río Paraná, y su ubicación estratégica en la denominada “hidrovía” hicieron que empresas multinacionales montaran sus puertos y fábricas, multiplicando por millones los ingresos comunales a través del Drei y del pago de peajes a los camiones.
Esta explosión productiva trajo a la pequeña localidad una explosión de ingresos por recaudación, estos ingresos fueron administrados por los presidentes comunales: Néstor Sánchez, Amaro González y Antonio Fiorenza. Cada uno de ellos con una impronta distinta frente a la construcción presupuestaria y los gastos.
La localidad tiene unos 5 mil habitantes y más de 600 trabajadores municipales -si se hace un cálculo simple- dos de cada diez vecinos del pueblo reciben un cheque del estado comunal, pero a los gastos de la mega planta de obreros comunales hay que sumarle todos los gastos operativos en Salud, para aportar sólo un dato: Amaro González decretó que todos los habitantes del pueblo tienen derecho a medicamentos gratis suministrados por la comuna, un agujero negro presupuestario que genera millones de pesos de gastos.
El presupuesto de la comuna está estresado con fuertes complicaciones financieras que provoca demoras en pago a proveedores, situación que provocó la renuncia de 2 contadores generales de la administración de Fiorenza, según pudo saber SL24 el actual presidente comunal trabaja en un plan que busca los equilibrios fiscales para hacer sustentable la administración comunal.
La situación de Timbúes demuestra que la administración de los dineros públicos requiere de personas idóneas y sobre todo con racionalidad para construir pueblos y ciudades sustentables. Timbúes es el pueblo con el ingreso per cápita más grande de América Latina, algo que no se percibe cuando se recorren sus calles.
