#ExclusivoSL24 Habló la joven quemada: “No lo denunciaba porque amenazaba con quemar a mi mamá y a mi hermanito”

Rocío contó en detalle cómo fue la noche en la que su vida cambió para siempre. Su agresor la obligó a mentir bajo amenaza, pero la pérdida de su bebé fue el desencadenante para animarse a hablar y denunciarlo.


El 1 de febrero de 2015 la vida de Rocío cambió para siempre. Luego de discutir con su novio, Jonathan, éste la roció con alcohol y la prendió fuego. A partir de allí vivió un verdadero calvario de dolor físico y emocional.

“Ese día habíamos ido juntos a un cumpleaños. Yo había avisado en casa que me quedaba a dormir con él y por eso no volví a casa. En la fiesta estábamos re bien, hasta que se puso serio y me dijo de ir a casa. Cuando llegamos me recriminó porque estaba mirando a un chico, cosa que no era cierta”, empezó a relatar Rocío.

“Cuando estábamos en la pieza yo decidí acostarme y le di la espalda, como para terminar la discusión. Ahí él fue a buscar una botella de alcohol y me tiró dos chorros. No sabía qué hacer, pensé que lo había hecho sin querer, o para mojarme. Pero después agarró un encendedor, lo accionó tres veces y me prendió fuego”, recordó.

Con la voz entrecortada Rocío agregó: “Me tiré al suelo, empecé a rodar por el piso y contra la pared. Gritaba del dolor y él sólo trataba de apagar las sábanas. Terminé arrastrándome hasta la cocina y ahí apareció el padre, que me envolvió en una toalla mojada”.

Luego de eso, el padre de Jonathan pidió ayuda y consiguió que un amigo lleve a Rocío, su madre y al propio joven a un centro asistencial local. “Cuando llegué no podía más del dolor y terminé tirándome sobre una camilla. ¿Cómo pudiste hacerme esto?, le gritaba, y él me pedía que no diga nada”, dijo la joven, que luego reveló la coartada que su agresor improvisó: “Después de un rato llegó la policía y él les contó que como trabaja con tatuajes estaba haciéndome una limpieza en los pircing y una braza del cigarrillo prendió el fuego”.

Esa mentira, idéntica a la contada por el condenado Eduardo Vázquez, ex baterista de la banda Callejeros que mató a su esposa Wanda Taddei, inventada quizás en el momento por Jonathan, fue la que Rocío debió mantener durante varias semanas, obligada por las amenazas reiteradas del joven.

“Después de unas horas fui trasladada al hospital de Granadero Baigorria y desde allí luego al Clemente Álvarez de Rosario. No recuerdo mucho de lo que pasó en esos días. Sólo recuerdo el dolor y que pedía morfina”, contó la joven, que explicó: “Jonathan iba a visitarme y me pedía que mantenga la historia que él había contado, y me decía que si contaba la verdad iba a quemar a mi mamá y a mi hermanito”.

Pero esa coartada cayó a los pocos días, producto del inmenso dolor que le significó a Rocío enterarse que había perdido un embarazo.

“Cuando pasó el hecho (el ataque) yo no sabía que estaba embarazada, pero estando internada me informaron que lo había estado. Y me hicieron un raspaje para sacármelo, ya que lo había perdido. No sé si fue por el dolor, por el fuego o por los calmantes. Después de eso quedé devastada. Estaba muy mal, me dolía el alma”, recordó la joven entre lágrimas. “Luego de eso pedimos el alta voluntaria y me fui a mi casa, donde estuve algunos días encerrada”.

“Jonathan me seguía amenazando para que no cuente nada pero un día hablé con un amigo y pudo contarle lo que pasó. Fue él quien me recomendó hablarlo con mi mamá, que nunca creyó que había sido un accidente, y recién ahí tuve el valor para denunciarlo. Pasaron dos días y por suerte quedó detenido”, dijo Rocío.

Pero la Justicia a veces no entiende de razones, y muchos menos del dolor de una joven. “Le dieron (prisión) domiciliaria, que fácilmente quebraba para pasar por mi casa. Hasta que un día lo descubrieron y desde ese momento, hace más de un año, está detenido”, relató.

A partir de allí llegó cierta paz a la vida de Rocío, que logró rehacer su vida y hoy tiene un hermoso bebé de 5 meses. “Pero el dolor y el miedo lo tengo, y siempre lo voy a tener. Y las marcas de lo que pasó también. Me quedaron cicatrices muy feas y grandes en el brazo y parte de la espalda”, expresó con dolor.

Enterada la sentencia a 5 años y medio y la posibilidad de que Jonathan quede libre el próximo año la joven dijo: “Hoy tengo miedo por mi vida y quisiera saber qué van hacer si sale y cumple lo que dijo ¿Quién se haría responsable? Si yo hablé es porque creía en la Justicia. Jamás pensé que iban a darle esto. Siento mucho dolor”.

 

 

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