Ni voz, ni voto

Excluyeron a las cámaras del Cordón Industrial del debate por la nueva Hidrovía

Excluyeron a las cámaras del Cordón Industrial del debate por la nueva Hidrovía

Barcos en rada San Lorenzo - foto archivo
El Gobierno nacional lanzó este martes una nueva ronda de consultas para definir el futuro de la licitación de la Vía Navegable Troncal. Sin embargo, ni la Cámara de Comercio de San Lorenzo ni la UCI de Puerto San Martín y Timbúes fueron invitadas. Un gesto que evidencia el centralismo porteño y también la falta de peso específico de la dirigencia empresaria local para instalar una agenda territorial en los debates estratégicos

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El Gobierno nacional lanzó este martes una nueva ronda de consultas para definir el futuro de la licitación de la Vía Navegable Troncal. Sin embargo, ni la Cámara de Comercio de San Lorenzo ni la UCI de Puerto San Martín y Timbúes fueron invitadas. Un gesto que evidencia el centralismo porteño y también la falta de peso específico de la dirigencia empresaria local para instalar una agenda territorial en los debates estratégicos

El Gobierno nacional volvió a poner en marcha el proceso de consultas para confeccionar el nuevo pliego licitatorio de la Vía Navegable Troncal. Se trata, ni más ni menos, del sistema fluvial que permite que el 80% de las exportaciones argentinas lleguen al mundo. Como era de esperarse, el acto inicial de este nuevo intento de licitación se dio en Buenos Aires y con los invitados de siempre.

Una vez más, las instituciones empresariales del Cordón Industrial —la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de San Lorenzo y la Unión de Comerciantes e Industriales (UCI) de Puerto San Martín y Timbúes— quedaron fuera de la convocatoria. No hubo una silla para la región que más depende del buen funcionamiento de la Hidrovía. No hubo micrófono para quienes caminan todos los días entre camiones, silos y terminales portuarias.

Este patrón se repite desde los albores del país: las grandes decisiones estratégicas se toman en despachos porteños, muchas veces sin haber pisado ni una vez el barro del Up River. El centralismo, con sello unitario, se presenta como una constante que niega la existencia de un país productivo que no entra en la lógica del AMBA. Y en el caso de la Hidrovía —arteria vital para la competitividad de nuestras economías regionales—, la omisión de voces locales no es solo una falta de respeto: es un error estratégico.

Pero atención: esta omisión recurrente también deja al descubierto otra debilidad. Porque si bien el poder central suele mirar hacia otro lado, tampoco es justo eximir de responsabilidad a la dirigencia empresaria local. La falta de una voz territorial fuerte, con incidencia real en las decisiones públicas, es un síntoma de una dirigencia que no ha sabido construir bases sólidas. Se confunde la participación en actos protocolares con capacidad de lobby real. Se priorizan relaciones individuales por sobre estrategias institucionales colectivas.

Hoy, en pleno siglo XXI, con redes, cámaras, canales y plataformas al alcance de la mano, seguir afuera del debate por la Hidrovía no puede seguir pasando como un dato menor. Porque si no hay presencia activa, no hay influencia. Si no hay propuestas con visión territorial, social y económica, no hay política pública que contemple nuestras necesidades. Y si no se instala en la agenda pública la importancia de esta región, seguiremos siendo sólo un lugar de paso para los barcos que dejan millones… pero no generan desarrollo.

Es hora de que la Cámara de Comercio y la UCI revisen sus estrategias. De que se animen a construir un nuevo relato público, territorial, propositivo. De que ocupen con fuerza y visión los espacios que el centralismo niega. Porque si seguimos esperando a ser invitados, seguiremos siendo espectadores de decisiones que nos afectan de lleno. Y la Hidrovía, como símbolo, merece mucho más que eso.

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