Vicios

Famosa se sinceró: “Conocí a Dios y al Diablo aspirando cocaína”

"Es un infierno", agregó en alusión a sus tiempos en los que consumía con frecuencia y se había convertido en adicta. Hoy, recuperada, está forjando una brillante carera actoral

Andrea Rincón tuvo momentos muy complejos en su vida.

Surgida al estrellato de un reality show tuvo un pico de éxtasis que no supo en su momento manejar. Y cayó en lo más profundo.

Así lo reconoció anoche durante una entrevista a la que concedió al programa Seres Libres, que lleva adelante Gastón Pauls por la señal de Cronica TV.

En la entrevista, Andrea habló del momento más oscuro de su vida cuando era adicta a las drogas.

“Estoy en un lugar tan lindo, tan hermoso y recuperé. Yo me levanto todos los días feliz de quién soy. Estoy en paz. Cuando me voy a dormir, cuando apoyo la cabeza en la almohada. Trato siempre de ser mejor”, afirmó Andrea.

Y añadió: “Me duele cuando veo gente en consumo. Me da tristeza, me da ganas de abrazarlo. Me duele el dolor. Cuando te metés en ese lugar es porque hay algo. Salvo que hay gente que consume por consumir, tiene un consumo social que yo nunca pude tener controlado. Cuando veo alguien en ese pozo, perdido, en medio de ese laberinto, lo primero que pienso es tener ganas de ayudarlo. De ser súper Andrea y salvarle la vida a ese ser como me la salvaron a mí”.

Sobre quiénes la ayudaron a salir de ese pasado tormentoso, contó: “Mi familia, vos (por Gastón Pauls), con Nancy Dupláa me pasa algo así, porque siento que me dio la oportunidad en un momento muy importante. Me sentí muy valorada y cuidada por Nancy y por Pablo Echarri. Tienen como una imagen de papá y mamá. Yo estaba en un momento heavy y sentir ese amor te hace creer que en este mundo hay una parte hostil y un lado bueno donde nos podemos parar de ese lado”.

“La cocaína es el infierno. El alcohol es algo muy similar, porque yo tuve problemas con el alcohol pero no te lleva al mismo lugar. La cocaína te lleva a un lugar que puede ser un viaje… Es el infierno. Así como conocí al diablo conocí a Dios. Y sé cómo si se me hubiese liberado la verdad, lo que pasa es muy tentador. De repente estás ahí y dejó de ser tan bonito. Después hay un lugar de vacío”, sentenció.