La lucha de un grupo de familias de Ricardone por el derecho a la educación de sus hijos tuvo un final feliz. Luego de cuatro meses de audiencias, presentaciones judiciales y gestiones en distintos organismos, los adolescentes que habían quedado fuera de la escuela secundaria lograron ingresar gracias a la vía judicial.
A través de una carta firmada, los padres expresaron su profundo agradecimiento al senador Armando Traferri, a quien destacaron por haberlos acompañado en el proceso y por haberles acercado al abogado Gabriel Filippini, quien llevó adelante la batalla legal. Resaltaron que, sin su intervención, el reclamo no habría tenido éxito, ya que no encontraron respaldo ni de la comuna, ni de la delegación regional, ni del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe.
Una lucha contra la falta de inversión en educación
En la carta, las familias subrayaron que su única intención fue garantizar el derecho a la educación de sus hijos en su propio pueblo, como siempre había sido tradición en Ricardone. Sin embargo, se encontraron con trabas burocráticas que, lejos de buscar soluciones, dejaban a los adolescentes sin alternativas de estudio.
El problema de fondo radicaba en un decreto arbitrario que restringía el acceso a la educación secundaria, perjudicando directamente a los estudiantes de la localidad. Según los padres, esta medida fue aplicada para suplir la falta de inversión en infraestructura escolar. Ahora, con el problema resuelto para este grupo de alumnos, el próximo desafío será impulsar un Proyecto de Ley que evite que esta situación se repita en otras localidades de Santa Fe.
Ocho audiencias y un fallo que hizo justicia
El proceso judicial no fue sencillo. Las familias atravesaron ocho audiencias y realizaron múltiples presentaciones judiciales en distintas instituciones, incluyendo escuelas, delegaciones provinciales y hasta el Senado de la Provincia. La justicia finalmente falló a favor de los adolescentes y garantizó su derecho a estudiar en Ricardone.
En la carta, los padres expresaron su reconocimiento a Traferri y Filippini por su dedicación, compromiso y apoyo emocional durante los cuatro meses de lucha, asegurando que sin su intervención la situación no se habría destrabado.
Un llamado a seguir luchando
Aunque lograron el objetivo de que sus hijos puedan estudiar en su pueblo, las familias dejaron en claro que la problemática no está resuelta de fondo. “Esperamos que se avance en el Proyecto de Ley que proteja los derechos de los adolescentes en la provincia de Santa Fe y evite que más estudiantes atraviesen esta injusticia”, sostuvieron.
El caso de Ricardone expone una realidad que afecta a muchas localidades del interior: la necesidad de garantizar que todos los chicos puedan acceder a la educación secundaria sin restricciones arbitrarias ni trabas burocráticas. Para estas familias, el final es feliz, pero la pelea por una educación justa y equitativa sigue en marcha.
