A lo largo de la historia del cine y de la televisión, decenas de niños que cautivaron y llamaron la atención por su capacidad actoral quedaron en el olvido. Personajes que supieron adaptarse a las necesidades, pero también a las obligaciones del mercado, vieron perder esa inocencia de los primeros años de sus vidas, entre otras cuestiones. Una cantidad importante de estos artistas no terminaron bien, y otros, en cambio, prefirieron alejarse, perturbados, para recuperar la integridad que les quitó la industria del entretenimiento.
Una de las series más exitosas de todos los tiempos fue Two and a Half Men. 15 millones de espectadores lo acreditan. El hilo relata la historia de la convivencia de dos hermanos (interpretados por Charlie Sheen y Jon Cryer) con personalidades totalmente opuestas, y el hijo de uno de ellos, que lejos de seguir las reglas y excentricidades de su padre divorciado, se siente a gusto con la vida desfachatada que lleva su tío. El personaje de ese niño fue Jake Harper, y estuvo interpretado por el actor Angus Jones.
En ese entonces, cuando debutó en la serie y pasó a estar en boca de todos, y bajo la lupa de la crítica especializada, tenía apenas nueve años. Comenzó a codearse con la fama en septiembre de 2003, fecha en la que apareció por primera vez en un episodio. Enseguida perdió su vida privada. En alguna oportunidad comentaría que no podía salir a la calle y que no lograba disfrutar de un paseo con sus padres por el acoso de los fanáticos.
El pequeño Angus tenía experiencia: ya había pasado por películas como Simpático, con solo seis años, para, a los ocho, participar de series como See spot Run, ER y The Rookie. Pero en esos papeles su nombre y su rostro no resultaban familiares. El dilema para él llegó con Two and a Half Men. Allí empezó el éxito laboral, una carrera en ascenso, que fue acompañada, al mismo tiempo, por la debacle emocional que lo abrumó.
La búsqueda tomó otro color cuando en 2001 el director y productor David Arquette lo convocó para uno de los personajes principales de See Spot Run. De ahí saltó a Two and the Half Men. Firmó para las dos primeras temporadas, un total de 26 episodios por los que embolsaría 7,8 millones de dólares. Se convirtió en el adolescente mejor pago de Estados Unidos.
Para la tercera y cuarta entrega su sueldo fue de 350 mil dólares por capítulo, con los que superó los ocho millones de ganancia. Los montos iban en aumento, y cuando cumplió 17 años, ya cuando estaba a punto de retirarse, se convirtió en el adolescente mejor pago de todos los tiempos, según People With Money.
La búsqueda tomó otro color cuando en 2001 el director y productor David Arquette lo convocó para uno de los personajes principales de See Spot Run. De ahí saltó a Two and the Half Men. Firmó para las dos primeras temporadas, un total de 26 episodios por los que embolsaría 7,8 millones de dólares. Se convirtió en el adolescente mejor pago de Estados Unidos.
Para la tercera y cuarta entrega su sueldo fue de 350 mil dólares por capítulo, con los que superó los ocho millones de ganancia. Los montos iban en aumento, y cuando cumplió 17 años, ya cuando estaba a punto de retirarse, se convirtió en el adolescente mejor pago de todos los tiempos, según People With Money.
argumentó su necesidad de recuperar la vida que había perdido en su niñez. Lo primero que hizo luego de alejarse fue arrancar sus estudios en una universidad de Colorado. Y les dedicó tiempo a sus amigos, recorriendo el mundo con ellos como sus invitados especiales. Cuando se retiró, todavía en plena adolescencia, tenía 15 millones de dólares en su cuenta bancaria.
El mismo Angus habló de presiones y de todo lo que tuvo que pasar en una edad en la que le arrebataron la infancia. “Crecí bajo la mirada de millones de ojos. Por ahora no quiero más eso. Necesito mi privacidad, poder disfrutar de mis amigos, viajar, hacer cosas que nunca hice”, comentó hace un tiempo en sus redes sociales.