Isabel Díaz, enfermera del centro sanitario de Timbúes, denunció que hace un año que se le impide su acceso a lo que era su habitual lugar de trabajo.
De acuerdo a lo expuesto, oportunamente se le intentó aplicar una medida disciplinaria «ejemplificadora», y desde entonces se le impide retornar a su labor «sin siquiera remitirme un telegrama de despido».
Junto a ella, otros agentes o ex agentes comunales, con situación similar, comenzaron, desde temprano, una medida de fuerza, por lo que la atención al público en el Palacio Comunal está, a esta hora, paralizada parcialmente.
De la situación acusa al presidente comunal Amaro González, quien el pasado domingo no dejó dudas tras las elecciones, al ganar con comodidad.
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