El pasado 11 de diciembre, el gobernador Maximiliano Pullaro se refirió al eje central de su política educativa al presentar el plan provincial de Alfabetización. La iniciativa propone retomar las evaluaciones por materias para los distintos niveles, recuperar el protagonismo de la docencia santafesina en el proceso de enseñanza, aprendizaje y dar lugar a un proceso participativo para la inclusión de los alumnos con discapacidad, entre otras cuestiones, tales como la modernización de la infraestructura y los sistemas de gestión.
En una entrevista a Rosario3, el ministro de Educación, José Goity, dio precisiones sobre el plan provincial y aseguró que el proyecto anunciado busca nivelar en el método de enseñanza, para lo cual capacitarán a los docentes, e implementarán una evaluación similar al plan Aprender nacional para conocer el estado real de alfabetización en el sistema educativo oficial. De acuerdo al funcionario, si bien en el territorio provincial está garantizada la asistencia escolar, esta situación no implica que el aprendizaje se concrete eficientemente.
“El plan es un proceso de evaluación que vamos a transitar”, advirtió Goity y remarcó: “El primer asunto que nos preocupa, y es algo inédito en Argentina, es que la realidad en Santa Fe es que todos los niños están escolarizados, no tenemos el problema de tener que salir a buscarlos porque no van a la escuela, por el contrario, cumplen todo su ciclo escolar, pero aun así tienen mucho déficit de alfabetización”.
Según expuso, el hecho de que la educación primaria se considere un derecho inalienable desde la ley 1420, establecida en 1884, ha favorecido a la escolarización, cuyo nivel es aceptable. Sin embargo, reconoció: “Estamos viendo que algunos alumnos no están plenamente escolarizados, y eso es grave”, aseveró. Es decir, aunque los chicos vayan a la escuela, los niveles de alfabetización son bajos”.
“El alfabetismo funcional es alto, y está tendiendo a crecer”, determinó en relación con la capacidad de leer, escribir y comprender tipificada en las pruebas Aprender. “Un analfabeto funcional sería –añadió– alguien que, si bien lee y escribe, no lo hace con la suficiente solvencia ni nivel de comprensión que requiere hoy la vida de integración en la sociedad”. Según estableció, no se alcanza el nivel básico, entre un 13 y un 22 por ciento (la identificación de los mecanismos de cohesión elementales) y aclaró: “Un nivel básico es cuando pueden identificar algún nivel de información en un texto, pero de forma básica, pueden seguir un argumento respecto de lo que leen”.
Pero, incluso, el nivel básico tampoco es óptimo, es decir, ‘satisfactorio’. “Esos son un 30 a 40 por ciento. Son niveles altos en niños que están en la escuela”, observó.
Consultado sobre lo que significa para la vida de un adolescente ser analfabeto funcional, expresó: “Implica que tendrá serias dificultades en comprensión en el secundario, en su desempeño. La lectura y la escritura son la comprensión del mundo, las herramientas simbólicas que tenemos para manejarnos en la vida. Quien tenga menos herramientas simbólicas y capacidad de comprensión del contexto, el entorno y los textos, tendrá más dificultades en su inserción en la sociedad. Implicará un déficit laboral, un déficit en los estudios, y luego al llegar a la universidad, van perdiendo la oportunidad de una carrera de estudios superiores, por los serios problemas de comprensión”.
Capacitar para unificar el método
El ministro Goity precisó que en la lectura, “la fluidez no garantiza comprensión” y profundizó: “Cuántas palabras por minuto se puede leer, es un test que se puede hacer, pero otro tipo de test cruza esto con la comprensión. Si un chico en tercer grado no entiende lo que lee, eso difícilmente lo recupere con el tiempo si no tiene una buena base de alfabetización”.
Entonces, el objetivo del plan de Alfabetización es mejorar la fluidez y la comprensión lectora de los alumnos: “Capacitaremos a los docentes para que aprendan a tener mejores resultados en sus experiencias de enseñanza. Vamos a trabajar, sobre el método, las estrategias que utilizan los docentes para enseñar a leer y escribir. Les vamos a proveer los recursos didácticos para lograr el resultado que es, en definitiva, la fluidez y la comprensión lectora”.
Sobre el método, será clave unificarlo porque cada docente usa uno diferente, advirtió. Y, otra problemática identificada es la alta rotación de docentes (varios docentes en el mismo año y curso) y el cambio de alumnos de escuelas. Entonces, “es difícil sostener un método en un mismo alumno”, mencionó.“Cada alumno tiene el derecho inalienable de aprender a leer y escribir. Y si por una alta rotación de docentes o por cambiar de colegio, ve afectado ese derecho, tenemos un problema”.
Consultado acerca de la implementación de este plan de Alfabetización, manifestó: “Consensuaremos un método único común al conjunto de las escuelas del sistema educativo. Se buscará abordaje con acompañamiento de soportes didácticos que facilitaran ese método. Habrá capacitación específica en la adquisición del lenguaje y la escritura, y generar mecanismos de monitoreo para evaluar el aprendizaje de los chicos que determine el nivel de comprensión y fluidez lectora”.
Una evaluación diagnóstica propia
Sobre la posibilidad de evaluar el nivel de los alumnos similar al plan Aprender, adelantó: “Vamos a tener nuestra propia evaluación diagnóstica de carácter censal –anunció–donde vamos a determinar el desempeño de los alumnos en comprensión y fluidez lectora, para luego ir generando los mecanismos de seguimiento y evaluación para entender el desempeño en el tiempo. Eso, nos va a permitir hacer líneas de tiempo, comparar resultados de estas políticas de alfabetización, y ver que ajustes hay que hacer”.
“Evaluar datos tiene muchas ventajas. Santa Fe tiene la cultura de relevamiento de datos, estadísticas en seguimiento de asistencias, matrícula, cobertura territorial, del desgranamiento, pero no tenemos datos propios del aprendizaje. Todo lo que hacemos es para que aprendan, pero no evaluamos como sistema si aprendieron. Sí, es algo que evalúa cada docente en el aula. Entonces –remarcó– como nunca se hizo, es arrancar casi de cero, con pocos antecedentes en la materia. Venimos trabajando en esto para terminar el año que viene con esto funcionando, y es una política que debería continuar más allá de esta gestión”, consideró.
Y completó: “Va a ser un sistema de evaluación y seguimiento de aprendizajes, como el Aprender, provincial. Y comenzaremos en el inicio del año lectivo y lo desarrollaremos en el transcurso del año para ir haciendo seguimiento anual o semestral”.