Una oficial de la Unidad Regional XVII de San Lorenzo denunció al comisario Luciano Casteran, jefe de la Alcaidía Mayor de esta dependencia. La presentación, radicada ante la delegación zona sur de la Unidad Especial de Asuntos Internos de la Agencia de Control Policial, describe una serie de hechos increíbles que van desde trata de menores hasta tráfico de drogas, todo entre las paredes del edificio de bulevar Urquiza al 700. Esta historia es una postal que ayuda a entender el desmadre que vivió San Lorenzo durante el gobierno de Omar Perotti, con una escalada de violencia nunca antes vista.
La mujer aseguró que recibía órdenes directas de Casteran y del subinspector Hernán Gómez para evitar requisar a tres mujeres que visitaban a los detenidos, indicando que esas directivas eran recurrentes. “Que pasen así nomás”, era la orden. Además, expresó su alarma al observar el ingreso de menores de edad, incluso sin documentos, a pesar de la presencia de detenidos por delitos sexuales en los pabellones. “Nenas de 12, 13, 15, años”, detalló la mujer.
Entre otras irregularidades relatadas por la agente policial, los detenidos salían a la calle a sacar la basura, incluso a “cocinar para el jefe”. “En reiteradas oportunidades avisé al jefe de la Alcaidía que algunos presos salían y tardaban en volver, pero no hacía nada”, contó.
Además, destacó la existencia de un área VIP en la planta alta de la Alcaidía que nunca era requisada. Allí se albergan aproximadamente 60 detenidos vinculados a casos graves como abuso y homicidios, algunos de los cuales recibían visitas sin restricciones horarias.
Cada hecho apuntado por la oficial es un escándalo en sí mismo, como el paso de drogas al interior de los pabellones. Cada vez que en una requisa hallaban alguna sustancia “no se hacía ningún tipo de procedimiento”, por lo que la mujer consideró que “se la quedaban ellos”, en referencia a sus superiores. “A la cocaína la pasan en botellas de cloro”, señaló.
También habló de una supuesta relación amorosa del comisario Casteran con dos empleadas policiales, a quienes les otorgaba tratos preferenciales y beneficios en el servicio, eximiéndolas de ciertas responsabilidades laborales.
Al declarar, la mujer pidió expresamente que su denuncia no fuera enviada a la Fiscalía de San Lorenzo “porque sé que no le van a dar curso”.
Inminente intervención
Aunque la decisión de intervenir la URXVII está tomada desde hace varios días, fuentes del Ministerio de Seguridad provincial confirmaron que la trascendencia pública de este escándalo apuró los tiempos administrativos de la designación de Gustavo Rapuzzi al frente de la Jefatura. Estiman que entre esta noche de miércoles y mañana jueves entrará en funciones.
Todos echados
Los responsables de la Alcaidia fueron pasados a disponibilidad y el jefe y sub jefe de la Unidad Regional fueron pasados a dispocisión hasta que se termine con las investigaciones de rigor.