Capitán Bermúdez

Guarda un arsenal de productos químicos que haría desaparecer a medio Cordón Industrial

Qué tiene enterrado una fábrica en su predio con un poder tan letal, al extremo de ser catalogado como "bomba ambiental". Si estallara debería evacuarse, por lo menos, a pobladores de tres ciudades


El Cordón Industrial posee diversas actividades y alberga a fábricas aceiteras, petroleras, químicas, petroquímicas, papelera y otras más que disponen de un complejo entramado que lleva, al final del sistema productivo, a la generación del objeto deseado.

Para ello se desarrolla un complejo entramado con la manipulación de diversos químicos que, de no tener precisos sistemas de seguridad, podrían provocar accidentes de enorme envergadura no solo para sus operarios, sino para los pobladores de las localidades que integran la región.

Aunque siempre existe esa posibilidad, los riegos son menores, ya que dichos sistemas de seguridad son continuamente supervisados y actualizados.

El peligro, entonces, está en aquellas instalaciones que quedaron en desuso y a las que no se les aplicó trabajo alguno para eliminar ese pasivo ambiental.

Hay una en particular cuyos propietarios desoyeron recomendaciones y prefirieron coimear a funcionarios antes de gastar un dineral de plata para volver a dejar al predio en las condiciones requeridas.

Tal es el caso de Petroquímica Capitán Bermúdez, (ex Electroclor) cuyo último dueño (Andrés Taselli) decidió cesar con su producción luego de las inspecciones realizadas por los Ministerios de Medio Ambiente y de Trabajo de la provincia exigiéndole inversiones en materia de seguridad. Calculadora en mano, prefirió cerrarla.

Lo que no tuvo en cuenta (o deliberadamente sí lo supo desde siempre) era el dinero que debería invertir para sanear semejante pasivo ambiental; de hecho nunca movió un dedo para ello, y prefirió sobornar a un ex fiscal (Serjel) para cerrar una causa judicial por daños ambientales, situación que sucedió, aunque ahora la justicia decidió reabrir esa investigación que el corrupto funcionario mandó a archivar.

¿Cuán peligroso es ese pasivo ambiental que se oculta en el interior de esa fábrica abandonada? Casi letal.

Así lo catalogaron diversas asociaciones proteccionistas del medio ambiente, avaladas por estudios realizados por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y el Ministerio de Medio Ambiente de la Provincia.

¿Qué es lo que guardan bajo tierra?

Se sospecha que en el suelo hay amianto, material que puede ser distribuido tanto por el viento como por la lluvia.

Pero lo peor son los 150 tubos de gas de cloro que quedaron librados a la buena de Dios, y cuyo estado se ignora. Y tampoco se sabe que sucedió con otros 850 que «desaparecieron».

«No se sabe cómo sacaron las sustancias desde adentro ni adónde fueron a parar. La realidad establece procedimientos por su peligrosidad, que no se cumplieron», señaló Florencia Sívori, integrante del Taller Ecologista.

Esa misma ONG declaró, días atrás, que en caso de explosión o escape de ese gas «los pobladores de por lo menos tres localidades deberían ser evacuados en su integridad», lo cual, llevado a la práctica, resultaría una empresa imposible de realizar.

Las ciudades a las que se hizo mención son Capitán Bermúdez, Granadero Baigorria y la zona norte de Rosario, lo que significaría movilizar hacia Fray Luis Beltrán y el centro rosarino a no menos de 150.000 personas.

El gas de cloro es un químico que utilizado en escala y con la supervisión acorde se utiliza, por ejemplo, para potabilizar el agua. Sin embargo, en cantidades desproporcionadas se transforma en una sustancia altamente tóxica que puede hasta ser fatal si se inhala o se absorbe por la piel.

Eso es lo que se enterró en tubos en la ex Electrocolor y de los que no se sabe en que estado de conservación se encuentran.

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