El nuevo pliego de licitación de la Vía Navegable Troncal confirmó un dato decisivo para el futuro del Puerto de Santa Fe: el tramo comprendido entre Timbúes y Santa Fe queda fijado con un calado de diseño de 15 pies. Se trata del valor contractual que regirá el esquema tarifario y operativo del sistema durante los próximos 25 años, y que vuelve a poner sobre la mesa un cuestionamiento que el propio presidente de la Cámara de Puertos Privados, Luis Zubizarreta, había planteado en Up River.
En esa entrevista, Zubizarreta no discutió la competitividad del puerto capitalino, sino algo más básico y contundente: la ineficiencia histórica de financiar un dragado caro para que apenas un buque de ultramar navegue ese tramo por año. Según sus palabras, el sistema terminó destinando millones de dólares a mantener una profundidad que no generaba un flujo comercial real, configurando un uso desproporcionado de los recursos del peaje.
El nuevo pliego técnico parece cerrar definitivamente ese debate. En el Anexo IV, la Agencia Nacional de Puertos y Navegación establece que el calado de diseño para el cálculo tarifario del tramo Santa Fe–Timbúes será de 15 pies. Para el resto del sistema, desde Timbúes hacia el océano, el valor asciende a 34 pies. Esto consolida dos realidades logísticas muy distintas dentro de la misma hidrovía.
La propia estructura tarifaria refuerza este escenario. Con un calado de referencia de 15 pies, las barcazas —que navegan con menos profundidad— quedan exentas de pagar el componente ajustado por calado, pero el tramo pierde toda aspiración de recibir buques oceánicos de mayor porte. En otras palabras, el pliego reconoce contractualmente que ese corredor quedó reservado para tráfico fluvial, no marítimo.
Esto contrasta con otros documentos del proceso licitatorio, como el Informe de Gestión Ambiental, donde un mapa ilustrativo mostraba el corredor Santa Fe–San Martín con una referencia visual de 25 pies. Sin embargo, a nivel legal, tarifario y técnico, el único valor válido es el de 15 pies.
Las subsecciones también sellan esta definición: el área de Timbúes va del Km 276 al 470, y la de Santa Fe del Km 533 al 587,7, dejando un tramo intermedio sin continuidad de profundidades comerciales. Es la foto de una hidrovía partida en dos: al sur, la autopista exportadora; al norte, un corredor fluvial limitado y sin posibilidad de atraer ultramarinos.
Zubizarreta había sido categórico al describir la falta de sentido en sostener un dragado oceánico para un tráfico inexistente. El nuevo pliego, lejos de revertir esa situación, la cristaliza para las próximas décadas. Para Santa Fe, esto implica que su puerto queda definitivamente fuera del circuito de buques oceánicos, mientras el debate político y técnico vuelve a encenderse.






