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Hidrovía: Un contrato a medida, multimillonario y con “aberraciones técnicas”

Gustavo Deleersnyder en Up River
Gustavo Deleersnyder, práctico del río Paraná, denuncia "aberraciones técnicas" en la Hidrovía Paraná-Paraguay. Critica contratos mal diseñados, falta de señalización adecuada y batimetrías insuficientes, afectando la seguridad y eficiencia del comercio exterior.

La Hidrovía Paraná-Paraguay, arteria vital para el comercio exterior de Argentina, enfrenta serias dificultades técnicas que, según Gustavo Deleersnyder, práctico del río Paraná, ponen en riesgo no solo la eficiencia del transporte, sino también la seguridad de la navegación. En una serie de declaraciones contundentes, Deleersnyder expuso las problemáticas que enfrentan diariamente los navegantes, describiendo un sistema que, en su opinión, está plagado de “aberraciones técnicas” y contratos mal diseñados que dificultan el correcto funcionamiento de la hidrovía.

Uno de los principales problemas señalados por Deleersnyder es la existencia de contratos hechos a la medida de los contratistas, que establecían remuneraciones inusualmente altas. Originalmente, el contrato estipulaba una tarifa de 0.98 dólares, pero a lo largo del tiempo, con la firma de nuevos contratos directos, la cifra se incrementó hasta 3.06 dólares por tonelada. Esta situación, según el experto, fue acompañada de decisiones técnicas que limitaban la capacidad de maniobra en la señalización del río. Un ejemplo claro de esto es la imposibilidad de agregar boyas nuevas en sectores donde aparecían bancos de sedimento, obligando a los navegantes a desplazarlas desde otras áreas menos críticas, lo que calificó como una “monstruosidad técnica”.

En el ámbito internacional, la navegación se realiza con señalización en ambas bandas del río, una práctica que no se sigue en Argentina. Esta falta de adaptación a estándares internacionales es solo una de las muchas deficiencias que, según Deleersnyder, lastra la eficiencia de la hidrovía. Otra crítica importante fue la realización de batimetrías (mediciones del fondo del río) de manera insuficiente. Según el especialista, algunos pasos críticos como el Bravo, Guazú y Calavera, que concentran el 50% del tráfico de buques, no contaban con una batimetría actualizada en 25 años. Solo recientemente, y después de la expiración del contrato, se llevó a cabo una batimetría completa en estos sectores, lo que pone en evidencia la falta de un control exhaustivo y continuo.

Deleersnyder subrayó la importancia de realizar batimetrías semanales en los pasos más críticos de la hidrovía para asegurar la seguridad de la navegación. Sin embargo, lamentó que el sistema actual, en lugar de garantizar la eficiencia y seguridad, funcione como una “pirámide invertida”, donde la responsabilidad recae en el práctico, quien debe absorber todas las ineficiencias del sistema para garantizar que las operaciones marítimas se realicen sin incidentes.

En resumen, las declaraciones de Deleersnyder revelan un panorama preocupante para la Hidrovía Paraná-Paraguay, donde las deficiencias técnicas y la falta de actualizaciones en la infraestructura suponen un riesgo tanto para el comercio exterior como para la seguridad de los buques que transitan por ella. Según el especialista, es imprescindible revisar y mejorar los contratos y las prácticas actuales para alinearse con los estándares internacionales y asegurar una navegación eficiente y segura.

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