Hoy marcha por justicia en el caso Perassi; mañana la Cámara Penal decide la suerte de los detenidos

A poco de cumplirse cuatro años de la desaparición de Paula, sus familiares vuelven a convocar una marcha para esta tarde y reiterar el traslado a Rosario, mañana, para conocer el fallo del juez Prunotto Laborde


Una nueva movilización convoca Alberto Perassi, el padre de la desaparecida Paula Perassi, para esta tarde, a los 18.30 en la tradicional esquina de los bancos sanlorencinos (Urquiza y San Martín), al conmemorarse tres años y once meses desde la última vez que se la vio con vida. Desde entonces, ya nada más se supo de su paradero.

La concentración servirá de vigilia para esperar el fallo que dará a conocer mañana el juez Adolfo Prunotto Laborde, al frente de la Cámara Penal de Rosario, sobre el destino de los ocho detenidos en la causa, tres civiles y cinco policías.

Es que el magistrado determinó, el pasado miércoles, correr vistas para este miércoles respecto a su sentencia a favor de la defensa de los reos o de los querellantes. Mientras los primeros solicitaron que se los libere mientras continúa el proceso d la causa, la Fiscalía y los abogados de Perassi, reclamaron todo lo contrario.

Hombre de prensa agredido y amenazado

El hecho aconteció durante la madrugada del pasado sábado y está relacionado con el caso Perassi. Por lo menos así lo entiende Fabián Haedo, un hombre que conduce un programa de opinión y periodismo en una radio de Puerto San Martín.

De acuerdo a la denuncia por él formulada en sede la Unidad Regional XVII, en la madrugada del pasado sábado se hallaba en un bar de San Martín y Salta (San Lorenzo) cuando el hermano de uno de los policías detenidos en la causa Perassi se le acercó, lo agravió y lo golpeó.

“Nos estábamos por retirar cuando esta pesona se puso al lado mío, me preguntó si yo era Fabián Haedo, le dije que sí y entonces me pegó en el estómago desde muy cerca y decía que dejara de «hablar al pedo» de su sobrino (en relación al hijo del policía detenido), y me advirtió que el miércoles próximo (por mañana), cuanto todos los procesados «saltan en libertad», se iba a terminar”, relató al diario La Capital.

«Me siguió pegando cortito, hasta que se acercó la gente que estaba en el local (los mozos, dueños y el disc-jockey) y se fue. Después me enteré por el mozo que al rato, cuando nosotros ya nos habíamos ido, volvió más enardecido todavía», narró.

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