Orgullo local

El engranaje oculto del puerto: la red marítima que no se ve, pero hace todo funcionar

El engranaje oculto del puerto: la red marítima que no se ve, pero hace todo funcionar

Más 400 remolcadores y más 6000 barcazas asistidas cada año
En San Lorenzo, Puerto General San Martín y Timbúes opera una red de servicios marítimos que atiende más de 6.000 barcazas y 400 remolcadores cada año. De esta “industria sin chimenea” viven más de 500 familias que sostienen, con oficio y precisión, el corazón operativo del comercio exterior argentino.

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En San Lorenzo, Puerto General San Martín y Timbúes opera una red de servicios marítimos que atiende más de 6.000 barcazas y 400 remolcadores cada año. De esta “industria sin chimenea” viven más de 500 familias que sostienen, con oficio y precisión, el corazón operativo del comercio exterior argentino.

La industria invisible que sostiene al Up River

En el corazón del polo agroexportador argentino, entre San Lorenzo, Puerto General San Martín y Timbúes, late una red silenciosa pero fundamental: la industria de servicios marítimos. Es la encargada de atender a más de 6.000 barcazas y 400 remolcadores cada año, lo que la convierte en la más importante de toda la Vía de Navegación Troncal.

A diferencia de los complejos industriales que dominan el paisaje con sus silos, chimeneas y cintas transportadoras, esta “industria sin chimenea” trabaja entre el río y los muelles, brindando soporte logístico, técnico y humano a la navegación que sostiene las exportaciones argentinas.

Un entramado de oficios y profesiones esenciales

De esta actividad viven más de 500 familias, muchas con décadas de tradición portuaria. Detrás de cada embarcación que llega o parte del Up River hay agentes marítimos, despachantes de aduana, grueros, patrones de lancha, marineros, transportistas de combustibles y residuos, médicos, abogados y técnicos especializados que garantizan el funcionamiento diario de los puertos.

Cada servicio, desde la asistencia médica a bordo hasta la provisión de combustibles o el traslado de prácticos, forma parte de un engranaje que requiere alta capacitación, precisión operativa y coordinación constante con Prefectura, Aduana y terminales privadas.

Décadas de experiencia al servicio del comercio exterior

El Up River, además de ser el corredor agroexportador más eficiente del país, es también un espacio donde la experiencia y la tradición pesan tanto como la tecnología. Los profesionales del sector han atendido embarcaciones de todas las banderas, adaptándose a normativas internacionales y al ritmo de un comercio global que no se detiene.

Cada barcaza que descarga granos o cada remolcador que maniobra en el Paraná depende del trabajo de esta red invisible pero imprescindible. Sin ellos, los puertos no podrían operar con la fluidez y la seguridad que hoy caracterizan a la región.

Una industria que merece reconocimiento

A pesar de su relevancia, los servicios marítimos suelen quedar fuera de los discursos que celebran al polo agroexportador. Sin embargo, es en este sector donde se combinan la vocación, la técnica y la responsabilidad que sostienen día a día el flujo comercial de la Argentina.

El desafío hacia adelante es reconocer su valor estratégico, promover la formación de nuevas generaciones de profesionales portuarios y garantizar condiciones que permitan su desarrollo sostenido.

Porque en cada maniobra sobre el río, hay una cadena humana que trabaja —con profesionalismo y discreción— para que el Up River siga siendo el motor del comercio exterior argentino.

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