El acuerdo —que se anunciará formalmente en breve— establece que YPF y la firma estadounidense compartirán el 50% de la sociedad, aunque la operadora será la extranjera, especializada en este tipo de procesos tecnológicos. La alianza creará una nueva unidad de negocios denominada YPF Bio, exclusivamente orientada al mercado internacional del SAF (Sustainable Aviation Fuel), el combustible sustentable para aviones que será obligatorio en países desarrollados y cuya demanda global se proyecta en crecimiento exponencial.
Un gigante dormido que vuelve a despertar
La refinería de San Lorenzo, creada en 1938 y propiedad de YPF, parecía condenada al abandono. Sin embargo, este ambicioso plan la pone nuevamente en el mapa mundial de la energía, como plataforma de lanzamiento para biocombustibles de última generación. El complejo incluye no sólo la planta refinadora, sino también un parque de tanques, instalaciones de despacho y un puerto propio, lo que lo convierte en un nodo logístico ideal para la exportación.
Lo más importante: toda la producción será destinada al mercado externo, por lo que no requiere modificaciones a la ley nacional de biocombustibles ni entra en conflicto con el régimen actual que protege el mercado interno para las pymes. Este punto fue clave para viabilizar el proyecto sin interferencias políticas.
Biocombustibles, futuro y empleo
El sector SAF tiene un crecimiento asegurado. Las aerolíneas europeas y norteamericanas ya se comprometieron a alcanzar al menos un 2% de su consumo total con SAF en el corto plazo. Esto abre un mercado premium dispuesto a pagar un alto valor por combustibles con baja huella de carbono. Argentina, y especialmente San Lorenzo, puede ser parte de esa cadena de abastecimiento gracias a esta reconversión.
La gobernación de Maximiliano Pullaro ha seguido de cerca este proyecto, acompañando a YPF y brindando garantías para el desarrollo de infraestructura y articulación logística. Se espera que, una vez en marcha, el proyecto genere cientos de empleos directos e indirectos, consolide a San Lorenzo como polo de innovación energética y reactive uno de los activos más estratégicos de la provincia.

San Lorenzo: de símbolo del pasado industrial a motor del futuro energético
La recuperación de la refinería no es sólo una buena noticia en términos económicos: es un golpe de confianza en el futuro. Significa que el capital internacional vuelve a apostar por la ciudad, que hay visión estratégica y que se puede construir desarrollo sustentable desde el territorio.
En tiempos de crisis, recortes y desindustrialización, San Lorenzo recibe la mejor inversión de los últimos 10 años. La energía vuelve a fluir. Y lo hace con un nuevo paradigma: sustentabilidad, exportación, innovación y empleo genuino.