Ricardone

Investigan un chofer que habría intentado vender un cargamento de maíz en un puerto seco

EL camión estaba abandonado con parte de la carga la intersección de la tura 34 y AO12. El chofer aún no fue detenido.

Todo comenzó con un simple llamado telefónico a la base del Comando Radioeléctrico de Roldán. La voz del denunciante, cargada de ansiedad, alertaba sobre la presencia sospechosa de un vehículo que, según sus palabras, podría haber sido sustraído.

El camión en cuestión, identificado por sus placas UPI918, fue encontrado en la playa de estacionamiento, pero su apariencia externa era solo la punta del iceberg de un misterio mucho más profundo. Al consultar su estatus legal, la sorpresa no tardó en hacer acto de presencia: el vehículo estaba marcado por un impedimento legal, solicitado por el Juzgado de Melincué apenas dos días atrás.

La presencia del camión despertó aún más curiosidad cuando se descubrió que transportaba una carga incompleta de maíz. Pero lo más desconcertante de todo fue la ausencia de su conductor y la incógnita que rodeaba su paradero. ¿Dónde estaba el hombre responsable de este vehículo y parte de la valiosa carga?

La respuesta a este enigma comenzó a tomar forma cuando, minutos después, llegaron al lugar el dueño del camión y el titular de la carga. Su testimonio, aunque confuso al principio, arrojó luz sobre la situación: un empleado recientemente contratado, originario de la ciudad de Granadero Baigorria, había desaparecido sin dejar rastro después de haberse hecho cargo del transporte de maíz con destino a Los Tanos.

El relato de los dueños, mezclado con la incertidumbre y el desconcierto, delineó una historia de traición y engaño. El empleado, en quien habían confiado para llevar a cabo una tarea aparentemente sencilla, había traicionado esa confianza al intentar vender la carga en lugar de entregarla en su destino acordado.

Los puertos secos son un tema que la justicia tiene que comenzar a investigar en profundidad.

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