El juez Civil y Comercial de Reconquista, Fabián Lorenzini, convocó este viernes a todas las partes del concurso preventivo de Algodonera Avellaneda S.A. (AA) en los tribunales de esa ciudad, en un intento por destrabar un conflicto que mantiene a la empresa paralizada desde hace meses y pone en riesgo el futuro laboral de 366 trabajadores. El objetivo no se logró. Las negociaciones continuarán este sábado y el lunes.
La audiencia, realizada el viernes 12 de diciembre de 2025, fue abierta a la prensa y reunió a empresarios, trabajadores, síndicos, acreedores y al ministro de Trabajo de Santa Fe, en un escenario que dejó al descubierto la profundidad de la crisis. La crónica y los videos corresponden al medio Reconquista Hoy, que participó del encuentro y registró los momentos más tensos del debate.
Actualmente, Algodonera Avellaneda emplea 325 personas en Reconquista, 24 en Chaco y 17 en Santiago del Estero. En la planta santafesina se producen hilos y telas, mientras que en Chaco y Santiago funcionan las desmotadoras de algodón. En su pico de actividad, la empresa llegó a superar los 500 empleados.
Salarios impagos y caja vacía
Durante la audiencia quedó expuesto que la empresa adeuda parte de los salarios de octubre y la totalidad de noviembre y que, según sus propios directivos, no dispone de un peso más para afrontar pagos con la industria completamente paralizada.
Los empresarios plantearon que podrían retomar la producción en enero, pero con solo 130 trabajadores activos, siempre y cuando se firme el artículo 223 de la Ley de Contrato de Trabajo, que permite suspender al resto del personal abonando el 50% del salario.
La respuesta sindical fue clara: están dispuestos a firmar el 223, pero solo después de cobrar lo adeudado de octubre y noviembre. Ese fue el punto muerto que la audiencia no logró superar, ya que los empresarios reiteraron, una y otra vez, que no tienen fondos.
El diagnóstico del juez Lorenzini fue tan crudo como directo:
“No se puede tapar el sol con las manos”, sostuvo durante el encuentro, según consignó Reconquista Hoy.
Prórroga del concurso y advertencia de quiebra
Lorenzini explicó con contundencia por qué decidió prorrogar el período de exclusividad del concurso preventivo hasta el 27 de febrero de 2026.
“Era inexorable prorrogar porque sino esto iba a la quiebra”, afirmó.
El magistrado advirtió además que, de cerrarse el acuerdo concursal tal como está planteado, los trabajadores y acreedores no cobrarían más del 10% de sus acreencias, una cifra que grafica la gravedad del escenario.
También expresó su frustración por la inacción de los acreedores:
“No funciona el Comité de Acreedores. No quieren participar, salvo excepciones como el Banco Nación, siempre presente. Faltan interlocutores. Nadie quiere agarrar la papa caliente, lo que nos resta eficacia”, reconoció Lorenzini, siempre según la crónica de Reconquista Hoy.
El juez incluso anticipó que evalúa la posibilidad de que el Comité funcione solo con el Banco Nación y los trabajadores, los únicos actores que muestran interés activo en el proceso.
“Tenemos que tomar decisiones y hay plazos”, advirtió.
Empresarios sin fondos y búsqueda contrarreloj de inversores
Por la empresa expusieron Dionisio Moschén, junto a Héctor Vicentín, Héctor Vizcay y Daniel Davíes. Reconocieron que mantienen conversaciones con potenciales interesados en la hilandería y fábrica de telas de Reconquista, así como en las desmotadoras.
Davíes, gerente de producción, relató contactos con clientes de Buenos Aires que dejaron de comprarle a AA cuando la empresa dejó de cumplir, aunque señaló que tres o cuatro grandes jugadores estarían dispuestos a volver. El problema central, admitió, es la falta absoluta de financiamiento, además de deudas con la EPE y la necesidad de acordar el artículo 223 con el personal.
Carlos Ahumada informó que podrían conseguir fibra de algodón como materia prima, aunque reconoció que la época del año complica el abastecimiento. Moschén agregó que una alternativa sería la venta de inmuebles, entre ellos el edificio de AA en Buenos Aires, valuado en 4,3 millones de dólares, aunque existe una oferta de apenas 1,5 millón, y otra propiedad en Formosa. Nada de eso fue aún autorizado por el juez.
El propio Moschén reconoció que el futuro de AA está atado a la definición del Banco Nación, ya que el 80% de la deuda es con esa entidad, y depende a su vez de lo que ocurra con Vicentin SAIC, empresa madre de la algodonera.
Fondos liberados, sueldos y un posible delito
Uno de los momentos más tensos se produjo cuando el secretario general de la Asociación Obrera Textil, Juan Carlos Bandeo, reclamó por el destino de fondos judiciales liberados para pagar sueldos.
Lorenzini explicó que el 1° de diciembre liberó 150 millones de pesos, con instrucciones precisas: $10 millones para gastos judiciales, $40 millones para cuotas del seguro y el resto para salarios. Sin embargo, solo se pagaron 17 millones.
La empresa reconoció que utilizó parte del dinero para devolver un préstamo, algo no autorizado. El juez fue terminante y dejó constancia de un posible “incumplimiento de mandato judicial”, figura penal, aunque aún no formalizó una denuncia en el MPA. Según Reconquista Hoy, Lorenzini habría intimado a los empresarios a reponer el dinero para evitar una causa penal.
Cuando Bandeo le preguntó qué haría frente a esa desobediencia, el juez respondió que va a actuar, pero también le marcó al sindicato que debía formalizar los reclamos en el expediente:
“No alcanza con hacer declaraciones a la prensa, tienen que formalizar los actos en tribunales”, advirtió.
El artículo 223, el nudo del conflicto
Los empresarios insistieron en que el artículo 223 es la condición exigida por los inversores para reactivar la empresa. Vizcay afirmó que en octubre se intentó avanzar, pero que el sindicato no lo autorizó. Davíes precisó que con ese esquema los trabajadores cobrarían aproximadamente el 50% del salario.
La respuesta de los trabajadores fue unánime. Edgardo Ponce lo resumió sin rodeos:
“La condición número uno para firmar el 223 es que paguen octubre y noviembre”.
Bandeo fue aún más duro con los empresarios, según la crónica de Reconquista Hoy:
“No se van a llevar la riqueza allá arriba, ni la ropa, ni los dólares. Repartan lo que tienen que la gente se está cagando de hambre”.
El cruce con el Banco Nación
Otro momento de altísima tensión se dio cuando Héctor Vicentín sugirió que el Banco Nación otorgue un préstamo para pagar salarios y reactivar la producción. La reacción fue inmediata.
La abogada del banco, Eleonora Sartor, hizo gestos de incredulidad, y fue Marcelo Dagnillo, gerente de riesgo del BNA, quien intervino a los gritos vía Zoom:
“No meta al Banco Nación en un problema que tienen que resolver los empresarios”, lanzó, dejando una de las frases más contundentes de la audiencia, registrada en video por Reconquista Hoy.
La intervención de Coco Báscolo
Con la audiencia empantanada y sin acuerdo, apareció una última carta. Sonó el teléfono del juez. Era el ministro de Trabajo, Roald “Coco” Báscolo, a quien Lorenzini puso en altavoz para que todos escucharan su propuesta.
Báscolo convocó a nuevas reuniones: este sábado a las 10 con los trabajadores, y el lunes a primera hora con ambas partes. El juez cerró la audiencia implorando que acepten reunirse y anticipó que podría convocar a un nuevo encuentro judicial la semana próxima.
“Quiero una Navidad en paz, quiero encontrar una solución y no creo que ninguno de acá no quiera eso”, expresó Lorenzini antes de finalizar una audiencia que el abogado sindical Sebastián Spiller calificó como “inédita en el país” por su carácter público y transparente, destacando el rol del magistrado, reconocido a nivel nacional por la apertura del concurso de Vicentin SAIC.
El futuro de Algodonera Avellaneda sigue en la cuerda floja: trabajadores que no cobran, empresarios sin fondos, acreedores ausentes y un juez que, con crudeza, sintetizó el escenario.
Nadie quiere agarrar la papa caliente.







