Una nueva cerealera se suma al listado de otras que ya anunciaron inversiones en la zona, tales como Molinos Río de la Plata, Renova y AGD.
Se trata de Cofco, el gigante cerealero chino que compró a Noble y Nidera, que desembolsará 27 millones de dólares para ampliar la capacidad operativa del muelle que se dedicará, principalmente, a la carga y descarga de barcazas. Para esta obra, se asignaron 2 millones de la moneda norteamericana.
Los otros 5 millones se dedicarán a la ampliación de la capacidad de descarga de camione hasta alcanzar los 1000 por día (ahora tiene un máximo de 750). Para eso, ampliarán la playa de espera y mejorarán los caminos internos.
Aunque no trascendió una fecha cierta para el inicio de estos trabajos, que se ejecutarán en la ex planta de Noble, en Timbúes, todo hace suponer que no arrancarán hasta el año próximo.
Para la región, estos anuncios están acompañados de lógica expectativa, pues significan la generación de nueva mano de obra, tanto para la construcción como la posterior creación de puestos fijos.
Para entender el despertar de este letargo al que habían incurrido las agroexportadoras vale señalar que el cambio en la política expuesta por el gobierno macrista surgió efecto.
El complejo sojero local hacía años que no llevaba adelante obra de significación alguna, pues su capacidad operativa “sobraba” respecto a los volúmenes de granos exportados y/o procesados. En contramano a los récords tras récords de cosechas, las cerealeras retrocedían.
Ahora, con la decisión del gobierno en quitar retenciones y liberar las exportaciones de trigo y el maíz, más la habilitación para importación granos de Paraguay y Bolivia -que bajan en barcaza por la hidrovía- son suficientes para “conmover” al sector y proyectar mayor actividad.
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