La contracara de los feriados puente y los “findes” largos: quiénes son los que sufren por la gran cantidad de días no laborables


Las industrias y los comercios, en especial los de las grandes ciudades, se ven afectados por la gran cantidad de jornadas sin actividad.

Este año se presenta para muchos argentinos como «más relajado», porque sólo habrá 243 días laborales, sin contar las fiestas locales y regionales.

Es decir, uno de cada tres días no se trabajará y se registrarán dos fines de semana largos más (serán 10 en total), respecto al 2011.

Buena parte de la sociedad festeja. Otra, no tanto. Es más, lo sufren y hasta les genera enormes dolores de cabeza.

Son aquellos que tienen comercios en la Ciudad, que deben resignarse a observar impávidos el vaciamiento de gente y cómo se desploma la facturación de sus locales.

Pero no están solos en el lamento. También lo padecen las industrias que no llegan a cumplimentar con los pedidos, al demorarse la producción. Y para recuperar ese tiempo no laborable tienen que recurrir al pago de horas extras en días posteriores, con el consecuente sobrecosto que esto les genera.

De hecho, un cálculo realizado por el estudio Orlando Ferreres, determina que por cada día no trabajado la economía del país pierde unos 450 millones de dólares, que surge de dividir el total anual generado en relación con los días hábiles.

Durante este año, en la Argentina habrá 18 feriados nacionales, a los que se debe sumar el jueves 5 de abril no laborable.

Además, la Presidenta está evaluando agregar otra jornada (no laborable) más al decreto 1.584 de 2010, el que justamente establece la fijación y ordenamiento en el calendario de estas fechas especiales.

La intención de Cristina Kirchner es que el 2 de enero del año que viene sea feriado nacional, en conmemoración de la invasión inglesa a las islas Malvinas en 1833.

Más allá de esta idea, el país ya se transformó en una de las naciones del planeta con más feriados, cuyo promedio internacional es de 11 días de asueto. Por ejemplo, en España, Uruguay, Paraguay y Perú se cuentan 14 jornadas, en Brasil y Suecia 11, o bien, en Francia y Alemania 10.

«La cantidad de días feriados y laborales deben encontrar su fundamento en la racionalidad, como todo el ordenamiento jurídico», argumentó el diputado Enrique Thomas, jefe del bloque Frente Peronista, que presentó un proyecto de ley para moderar la situación actual y establecer un tope máximo anual de 15 feriados nacionales inamovibles.

Un puente a la queja

El anuncio en el que se daba cuenta de que el lunes 30 de abril será feriado puente del 1 de mayo -al igual que el 24 de diciembre con el martes 25 de Navidad- fue catalogado de «locura» por Osvaldo Cornide, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Consciente del perjuicio que le genera a muchas firmas, en particular a las medianas y pequeñas, el directivo le solicitó al ministro del Interior, Florencio Randazzo, que el agregado de estas dos fechas -para seguir sumando fines de semana largos- sean considerados como días no laborables, en vez de definirlos como «feriados obligatorios».

El argumento del reclamo, que fue apoyado por unas 50 cámaras y federaciones, es que bajo las condiciones establecidas, los dueños y encargados de comercios se ven forzados a mantener sus locales cerrados en vez de contar con la opción de poder elegir si abren o no.

En este contexto, José Bereciartúa, secretario general de la CAME, sostuvo a iProfesional.com que su entidad es una de las defensoras del efecto virtuoso de los feriados puente para las economías regionales. Pero reconoció que también eso «está generando mucha tensión en el sector industrial y comercial en las grandes ciudades, porque es muy oneroso abrir las persianas».

Por eso, Bereciartúa propone que para mitigar el problema que padecen estas últimas, esas fechas pasen a ser de «feriados nacionales» a «feriados turísticos no laborales», así el sector de comercio no paga salario doble.

Quien también «responsabiliza» a los feriados por las menores ventas es la Asociación Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA).

Por ejemplo, en febrero los días 20 y 21 derivaron en una caída del 4% en el volumen de operaciones, es decir, se perdieron ventas por algo más de unos 2.300 vehículos.

Otro de los rubros que se siente afectado por la «saga» de fines de semana largos es el que agrupa a los restaurantes, confiterías y cafés de la Ciudad de Buenos Aires.

En esta actividad se contabilizan entre 9.000 a 10.000 establecimientos, sin incluir a pizzerías y heladerías, de los cuales el 75% son pequeños y medianos. Y se calcula que emplean a unas 150.000 personas.

Según estima la asociación que nuclea este rubro, la AHRCC, en un fin de semana largo la facturación cae hasta un 80% en relación a un sábado o domingo normal.

Su presidente, Luis María Peña, agrega otra cuestión no menor: «El agravante de todo esto es que el costo laboral se encarece al doble».

«En esos días especiales se sufre mucho, hasta conviene cerrar. Porque es más la gente que se va que la que viene a Capital Federal. De los 3 millones de habitantes sólo queda la mitad. Pero no todos tienen la posibilidad de bajar la persiana, como es el caso de los hoteles, que ya tienen pasajeros y no pueden dejarlos afuera», completa Peña.

Por ello, propone algo similar a lo expuesto por CAME: «Creo que la primera medida para el asueto puente debería ser no considerarlo como feriado nacional. Hay negocios que necesitan trabajar sí o sí. La excesiva cantidad de días no laborables perjudica a la industria», enfatiza el vocero de la entidad que nuclea a restaurantes y confiterías.

Más rubros, en la lista de damnificados

La lista de damnificados no se limita a los pequeños comercios de todo tipo de rubros o a los espacios gastronómicos.

Desde la Asociación de Garajes y Estacionamientos (AGES), reconocieron a iProfesional.com que la gran cantidad de feriados es un «mazazo» para la actividad.

«Nos mata. Encima no podemos cerrar, porque tenemos la obligatoriedad de abrir y de pagar los sueldos. Pero la gente no sale de sus casas y los comercios no abren», sostiene Eduardo Sanchez, presidente de la AGES.

Se estima que en el microcentro, Once (macrocentro) y algunos lugares de Belgrano la pérdida de facturación de los establecimientos es casi total en esas fechas especiales, ya que cerca del 80% de los garajes de esas zonas trabajan con clientes «por hora».

Así, Sanchez quiere que «se revea la medida y que sea optativo el poder abrir un establecimiento».

La lista de «damnificados» continúa y se extiende a distintos «recovecos». Uno de ellos es el sector de las golosinas.

Desde la Asociación de Distribuidores (ADGYA) manifiestan estar en «total desacuerdo» con la gran cantidad de feriados y fines de semana largos. Aseguran que les causa un «perjuicio muy importante», tanto en lo económico como en lo logístico.

«Se hace imposible abastecer la cartera de clientes con el actual calendario. El comercio que tiene distribución se maneja con visitas semanales y días específicos en cada área. Por ende, el daño es grande», asevera a iProfesional.com Gerardo Cima, presidente de ADGYA.

En cuanto al impacto económico, la baja de ventas se estima en un 50% a 60% en la semana del feriado y en los días previos.

Respecto al argumento oficial de que los feriados crean riqueza, Milagros Gismondi, economista jefe del estudio Orlando Ferreres, opina que esto es un «mito» debido a que «es imposible que el neto total de la economía sea positivo por el turismo debido a que se generan mayores costos en otras ramas».

Si bien los feriados de un solo día no perjudican tanto esa ecuación, porque se compensan durante el resto del mes, se hace problemático cuando se juntan dos fechas hábiles, ya que se generan pérdidas considerables para la industria.

Al igual que en los ámbitos de distribución y transporte, que no se pueden abastecer en tiempo y forma, por la acumulación de demanda.

Lo que se gasta afuera no entra en Capital

Otro aspecto relevante es que los sueldos de los argentinos «no son elásticos». Es decir, lo que gastan en destinos turísticos, los hace restringir compras en la Ciudad.

«No hay generación de riqueza cuando hay una limitación presupuestaria en los salarios», resume Gismondi.

Al mismo tiempo, Mariano Lamothe, economista jefe de la consultora Abeceb, considera que estos feriados generan un problema en la productividad laboral, porque «el costo termina incrementándose si se necesita producir en esas fechas, ya que se debe abonar el doble».

En ello concuerda el docente de la Universidad Di Tella, Eduardo Levy Yeyati, que afirma: «Cuando la economía no tiene capacidad ociosa y sufre restricciones adicionales por el lado de los insumos importados, los feriados probablemente operen como un shock negativo al nivel de actividad, generando menos crecimiento, menos empleo y, posiblemente, en un primer momento más inflación».

Por el lado de la Cámara Argentina de Shopping Centers (CASC), Santiago Blaksley, presidente de la entidad, afirma: «A nosotros, que operamos la mayor cantidad de días al año, incluso feriados, no nos afecta».

Y agrega: «ahora las promociones aportan más público que los días no laborables».

Una solución que proponen los comerciantes para atenuar el vaciamiento de gente en las grandes ciudades es que se generen actividades y eventos que causen atracción de migrantes internos y externos, como megarecitales y exhibiciones.

En la AHRCC, por ejemplo, crearon «Buenos Aires Gourmet», con propuestas gastronómicas. Aunque instalar en forma efectiva este tipo de iniciativas lleva un proceso extenso y continuo de varios años.

Una vez más, la realidad vuelve a encontrar a ganadores y a perdedores.

Esta vez frente a la sensación del «disfrute» que ofrece el no trabajar durante determinados días.

Aunque esa alegría no es compartida por los dueños de comercios de la Ciudad, que ven cómo la facturación se les derrumba y cómo el dinero destinado para gastos y esparcimientos quedan en cajas registradoras lejanas.

Fuente: iprofesional.com

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