Entrevista

La Justicia federal de Rosario sale de un prolongado letargo de inacción

La Justicia federal de Rosario sale de un prolongado letargo de inacción

El fiscal Reynares Solari consideró que la adopción del sistema acusatorio generó “un gran cambio” en los procesos de investigación. También habló del caso Shanahan, de Los Monos y del papel de ciertos contadores en estructuras delictivas.
El fiscal Reynares Solari consideró que la adopción del sistema acusatorio generó “un gran cambio” en los procesos de investigación. También habló del caso Shanahan, de Los Monos y del papel de ciertos contadores en estructuras delictivas.

El fiscal Federico Reynares Solari celebró el cambio que experimentó la Justicia federal de Rosario al haber adoptado el sistema acusatorio para llevar adelante los procesos judiciales. “Hay un gran cambio, sobre todo en el control ciudadano. Antes también existía ese control, pero era muy difuso. El sistema acusatorio nos genera mucho más respeto a nivel profesional”, sostuvo en el programa Extremos, de Fisherton Plus.

Para Reynares Solari históricamente hubo “un paradigma de trabajo que consistía en pensar que la federal era una justicia de excepción, que intervenía en casos muy puntuales y no tenía la necesidad de actuar en el día a día de cualquier persona; eso no permitió ver que la excepción era la narcocriminalidad en Rosario y los delitos asociados”.

Por eso, no dudó en describir que fue “un sufrimiento” el antiguo sistema procesal, ya que “a veces había discusiones de tres meses para ver qué juzgado tenía competencia sobre un caso y mientras tanto el planteo del fiscal nunca se resolvía”.

El sistema que imperó hasta hace pocos meses permitía entorpecer con facilidad una investigación, y aunque no lo mencionó con nombre propio hizo referencia directa al juez Marcelo Bailaque, bajo la lupa del Consejo de la Magistratura por su desempeño en una causa contra el líder criminal Esteban Alvarado.

“Nos hemos encontrado con investigaciones en las que había escuchas telefónicas con características de otra provincia o de otra ciudad, entonces fraccionaban la investigación y la mandaban a otra jurisdicción. ¿Para qué se hacía esto? Bueno, es de público conocimiento que actualmente el Consejo de la Magistratura está investigando ciertas prácticas”, señaló Reynares Solari.

Por esa razón, valoró el trabajo del Ministerio Público de la Acusación, que “se hizo cargo de investigar casos que nadie investigaba, por ejemplo, el lavado de dinero”.

Reynares Solari tuvo participación en la causa por la que se condenó a siete años de prisión al empresario Gustavo Shanahan por formar parte de la organización criminal del jefe narco Julio Rodríguez Granthon. Este caso tuvo la particularidad de que a Shanahan se lo consideró integrante de la banda y no un colaborador externo.

“Lo que no se discutió en este juicio fue que el dinero que venía de Villa Banana fue el que se encontró en la cueva financiera. La defensa ponía en tela de juicio esa línea y nosotros demostramos que era así. Y también dejamos en claro que si la banda narco no accedía a los dólares para comprar la droga en el exterior, el negocio no podía seguir. Entonces, Shanahan hacía un aporte esencial para que el negocio se pudiera desarrollar”, sostuvo, y enseguida marcó una diferencia que existe con otro caso resonante de la “city” rosarina, el de Patricio Carey: “Los dólares que proveía Shanahan sí se pudo probar que se destinaban a la compra de estupefacientes”.

Entrevistado por Germán de los Santos y Hernán Lascano para Fisherton Plus, el fiscal federal se refirió también al papel difuso que juegan ciertos contadores en las estructuras delictivas: “Lo que siempre dicen ellos es ‘lo mío es una actuación profesional; me traen papeles y a partir de eso hago mi trabajo’. Desde la Justicia tenemos que quebrar eso y demostrar que hay algo más que una simple intervención profesional”.

Por último, para Reynares Solari la actividad delictiva de la banda Los Monos no termina con la compra de vehículos y propiedades, como se ha evidenciado. Está convencido de que existe un entramado de lavado de activos más complejo: “Todavía no se puede ver a dónde va a parar la ganancia de los negocios ilegales. La Justicia provincial determinó hace unos años que invertían en la compra de autos y propiedades, actos bastante simples. Por eso creo que hemos llegado a escalones muy bajos, pero no al descubrimiento total. Y no tengo dudas de que existen otras formas de lavado y estamos tratando de probarlas”.

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