La llegada y salida de fuerzas federales del territorio rosarino parece un paso de comedia de la política argentina.
El primer gran desembarco de fuerzas en el territorio fue el que protagonizó el histriónico Sergio Berni. La llegada de Berni fue en 2013, cuando ocupaba el cargo de ministro de Seguridad en el gobierno de Cristina Kirchner. El ex soldado llegó al Monumento a la Bandera colgado de un helicóptero.
Berni declaró el 8 de diciembre de 2013 que reforzaban con 2.000 efectivos la presencia de fuerzas federales en Rosario a pedido del gobernador Antonio Bonfatti. “Hemos dado cumplimiento a lo solicitado por el gobernador, y desplegamos un refuerzo de más de 2.000 efectivos de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía Federal Argentina y de Seguridad Aeroportuaria”, había asegurado el funcionario luego de sobrevolar las zonas calientes de Rosario. A 10 años de aquellas declaraciones y nuevamente con un gobierno kirchnerista nadie sabe cuántos efectivos hay en el territorio.
Hace menos de tres meses el actual ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, declaró ante la presión de la opinión pública por el récord de muertos en Rosario en 2022 que había 3.500 agentes de fuerzas federales desplegados en Rosario. Ayer el propio presidente de la Nación aseguró, en el marco de un plan de lucha contra la violencia en Rosario, que iban a llegar 1.400 uniformados.
Estas prácticas de ocultamiento de información pública son una cultura de gobierno del Frente de Todos.