Ayer por la tarde, el comando Sur de Fray Luis Beltrán tuvo uno de esos días en los que el trabajo parece caer del cielo, o mejor dicho, de la autopista. Mientras patrullaban la Rosario-Santa Fe con el noble objetivo de prevenir delitos, se toparon con una joven pareja de mochileros que, a simple vista, no parecía tener más peso en los hombros que el de sus mochilas cargadas de sueños. Pero, ¡oh sorpresa!, resultó que uno de ellos llevaba más carga de la que imaginábamos.
Al llegar al acceso a la ciudad, la patrulla decidió identificar a los jóvenes, oriundos de Villa Ángela, Chaco, como parte de un control de rutina. ¿La idea? Hacer lo que siempre hacen: chequear que todo esté en orden y seguir con el día. Pero el “detalle” llegó cuando ingresaron los datos del muchacho, de 25 años, al sistema. Y claro, lo que vino después fue digno de una película: el muchacho, que seguramente esperaba una jornada tranquila, tenía un pedido de captura vigente solicitado nada menos que por la policía de La Pampa. Quizás el calor de Chaco lo hizo olvidar de ese pequeño inconveniente judicial.
A partir de ahí, el destino de la pareja mochilera cambió rápidamente. Ambos fueron trasladados a la comisaría 4ta para “regularizar” la situación, una frase que en lenguaje policial suele significar “te quedás con nosotros un rato largo”.
Lo curioso es que, en esta historia, la joven de 18 años no tenía más problemas que aguantar el peso de la mochila y, ahora, las largas horas de espera. Una lección para quienes decidan salir a recorrer el país: siempre es bueno chequear que no tengas cuentas pendientes con la justicia antes de aventurarte en la ruta. La próxima vez, más vale dejar la carga pesada en casa.