Desde videos falsos a gran escala y noticias falsas hasta la polarización en el discurso político, la lista de tipos de contenidos y acontecimientos preocupantes podría ser interminable. Ya no es suficiente con que dos bandos discrepen y debatan sus diferencias, sino que en su lugar se empieza a considerar mentira todo aquello con lo que no se está de acuerdo. ¿Qué significa realmente tener confianza en lo que se ve hoy endía y cómo podemos lograrlo?
El objetivo de este texto es mostrarte un marco de referencia que te permita averiguar si lo que ves es de fiar o no. La idea es que, si eres capaz de llegar a una conclusión equilibrada y razonable, podrás mantener la mente abierta en un mundo en el que el fanatismo y el sectarismo son cada vez más comunes.
Empezar a buscar la verdad
Lo primero que debemos tener en cuenta es la naturaleza de la fuente que estamos consumiendo. Uno de los problemas de la era de la posverdad es que todo lo que se considera mainstream se descarta automáticamente por la idea de que tiene una agenda que impulsar. Aunque cada fuente de noticias tiene sus propios prejuicios y motivaciones, descartar todo lo que pertenece a la corriente dominante y confiar únicamente en el contenido generado por el usuario es terreno resbaladizo.
Pensar en los medios de comunicación que consumimos y en por qué cada contenido está estructurado de la manera en que lo está proporciona toda una serie de ideas. Tenemos que pensar en qué confiamos más: un video de algo grabado en tiempo real o
un post escrito dos días después. Antes de que aparecieran los videos falsos, la respuesta era sencilla: el 99% de nosotros elegiría el video como fuente más fiable, pero ahora debemos considerar todos los ángulos.
Abarcar diferentes puntos de vista y argumentos
¿Estamos viendo algo de lo que han informado varias fuentes y cuentas, o se trata de un clickbait creado a partir de una sola publicación o imagen? Que 100 personas afirmen que algo es correcto no significa que lo sea automáticamente, pero sí demuestra que existe una corriente de opinión. Pero como las opiniones nunca están en perfecta consonancia de una persona a otra, es importante buscar las discrepancias.
Como especie, nunca estamos de acuerdo al 100% sobre nada, a menos que lo que se nos muestre sea algún tipo de esfuerzo concertado para influir en la opinión. Buscar una dispersión natural de opiniones, así como la fuerza de los sentimientos, te dará una idea de si lo que estás viendo es real o falso. En caso de duda, hay que buscar una fuente más creíble o simplemente abstenerse de opinar hasta que aparezca una.
El desafío de las cámaras de eco
El principal obstáculo que la era digital ha puesto en su propio camino es la llamada cámara de eco. Atrás quedaron los días en que pensábamos que tendríamos acceso a todos los puntos de vista en todo momento y que el discurso humano se agruparía y llegaría a algún tipo de juicio altamente razonado, matizado y equilibrado. Hoy, los clics y el tráfico son los reyes.
Esto significa que, si siempre estás buscando un punto de vista concreto sobre un tema, los motores de búsqueda y los motores de alimentación social intentarán mostrarte más contenido como ese. En resumen, el Internet que tú ves es muy diferente del Internet que
yo veo. Pongamos un ejemplo sencillo.
A mí me preocupa el aumento del vandalismo en los estadios de fútbol de todo el mundo. Tú, en cambio, eres un aficionado al fútbol de toda la vida que ha visto los beneficios que ofrece este deporte. A mí se me muestran más contenidos sobre disturbios y violencia, mientras que a ti se te muestran más contenidos que te hacen sentir bien sobre el crecimiento personal y el poder del juego para provocar cambios.
La importancia de la empatía y la apertura mental
Una vez que hemos considerado la naturaleza de la fuente, el tipo de contenido, la variedad de voces y el papel de la clasificación del contenido, tenemos que recordar lo que significa ser humano.
En un mundo tan polarizado y cargado como el actual, la diferencia entre desacuerdo y mentira nunca ha sido tan difusa. Lo que todos debemos tener en cuenta es que la persona con la que hablamos, vemos o escuchamos sabe algo que nosotros desconocemos. Es muy probable que sigamos estando en desacuerdo con lo que defiende, aunque tuviéramos acceso a toda su información, pero descartar cualquier cosa nueva que ponga sobre la mesa sin tenerla en cuenta es dar la espalda a la verdad.
En el mejor de los casos, el resultado es una discusión sobre quién dice la verdad, y en el peor, cerrar la mente a la autocorrección gradual que es vital para progresar. Asumir que la persona con la que estás interactuando es consciente de algo que tú no sabes te permitirá mantener la mente abierta y escucharla. Tómate tu tiempo para sopesar lo que tiene que decir y luego piensa en cómo puedes rebatirlo o si necesitas replantear tu forma de pensar.
Siempre ha sido importante poder confiar en lo que se ve en Internet, pero en 2023 resulta más difícil que nunca. Algo como comprobar lo que dijo un político en una conferencia reciente o encontrar un casino en línea que inspire confianza a los jugadores debería ser simplemente cuestión de hacer una búsqueda con el término adecuado, pero desafortunadamente es necesario desarrollar la pericia para detectar los enlaces engañosos y las banderas rojas de alerta para saber si podemos confiar en los sitios y la información que ofrecen.
En resumen, en la era de la posverdad, la confianza se ha vuelto un bien preciado y escaso. Para encontrar la verdad en medio de la desinformación y la polarización, debemos evaluar cuidadosamente nuestras fuentes, buscar una variedad de perspectivas,
ser conscientes de las cámaras de eco, practicar la empatía y desarrollar habilidades críticas. Solo entonces podremos mantener nuestras mentes abiertas en un mundo en constante cambio y encontrar la verdad en un mar de información engañosa.