Esta vez, la situación se vivió en la escuela San Carlos, donde decenas de familias se congregaron desde temprano para participar del sorteo de vacantes. Por la tarde, el turno fue de la escuela Remedios de Escalada, donde nuevamente se observó a padres y madres agolpados en los ingresos del establecimiento, algunos con carpetas en mano y otros simplemente esperando noticias sobre si sus chicos quedarían inscriptos.

La demanda supera ampliamente la disponibilidad de bancos y la problemática no es nueva. “Todos los años es lo mismo, no sabemos si va a haber lugar”, comentaron varias familias que hicieron fila desde horas antes. A la escasez de cupos se suma otro factor que agrava la situación: la cantidad de repitentes en muchos establecimientos, lo que reduce aún más el número de bancos ofrecidos para alumnos ingresantes.
En los próximos días la misma postal se repetirá en otros colegios del cordón industrial, mientras las familias continúan peregrinando en busca de un lugar para asegurar el inicio del ciclo lectivo 2026. La incertidumbre y la tensión marcan un proceso de inscripción que, para muchos padres, se volvió una carrera contra el tiempo.







