Capacidad ociosa récord

Las empresas agroexportadoras cierran el peor año de producción de su historia

Las empresas agroexportadoras cierran el peor año de producción de su historia

El procesamiento de oleaginosas espera apenas acercarse las 30,5 Mt en este 2023, una baja del 27% comparando con 2022
El procesamiento de oleaginosas espera apenas acercarse las 30,5 Mt en este 2023, una baja del 27% comparando con 2022

El derrumbe productivo por la sequía recortó sustancialmente la disponibilidad de materia prima para procesar en la industria aceitera. La cosecha de soja pasó de más de 42 millones de toneladas (Mt) en el ciclo 2021/22 a apenas 20 millones en esta campaña 2022/23, lo que representa una caída de más del 52%, de acuerdo al último informa de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Por su parte, la mejora de precios de los productos del complejo girasol incentivó un alza de la superficie sembrada de más del 25% para este cultivo en 2022, que se tradujo en una suba de más del 20% en la producción de este año. Sin embargo, las 5 Mt cosechadas este año, una suba de 1 Mt apenas pueden compensar levemente la fuerte caída de la cosecha de soja.

Con este panorama, el procesamiento de oleaginosas espera apenas acercarse las 30,5 Mt en este 2023, una baja del 27% comparando con el 2022. De este total, se espera que el año cierre con una molienda de 27,1 Mt de soja y 3,4 Mt de girasol.

Con una industria que puede procesar cerca de 70 Mt al año y dispone de una capacidad activa de procesamiento de casi 67 Mt, el volumen de crush del 2023 dejará a la industria con una capacidad ociosa del 54%. Así, teniendo más de la mitad de su capacidad productiva inactiva, la industria aceitera alcanzará este año la mayor capacidad ociosa de su historia, y su nivel de actividad más bajo en 19 años.

Un hito adicional de este año es el récord de importaciones de soja, que espera multiplicarse por más de 3 y totalizar 10 Mt en 2023. Cabe destacar que la totalidad de la soja que se importa en nuestro país se hace bajo régimen de importación temporaria, lo que permite industrializarla y volver a exportarla hacia los más de 100 destinos que tienen los productos del complejo soja argentino, apuntó la BCR.

“Es gracias a ello que la caída productiva de la soja es del 52% pero el recorte del procesamiento es del 27%”, señaló. Las importaciones de soja permiten recortar la capacidad ociosa de la industria aceitera, al mismo tiempo que colaboran en sostener el nivel de empleo y apuntalar las exportaciones. “Sin importaciones, nos encontraríamos con una industria aceitera que este año superaría el 70% de capacidad ociosa”, indicó la Bolsa.

“Esto tiene un impacto especialmente potente en nuestra región, considerando que el Up River concentra casi el 80% de la capacidad de procesamiento de oleaginosas del país“, enfatizó y agregó que las fábricas de la provincia de Santa Fe, reconocidas por su tecnología de punta, tienen en conjunto una capacidad de crushing que asciende a casi 167.000 toneladas diarias, representando el 78,5% de la capacidad nacional. “Si se considera un ciclo operativo de 330 días al año, Santa Fe tiene el potencial de moler 55 Mt anuales de oleaginosas”, explicó el informe.

En este contexto, sostuvo, “es crucial reconocer la importancia estratégica de la agroindustria, en particular la aceitera. Mantener un entorno favorable para la agroindustria y no poner obstáculos a su funcionamiento es fundamental para garantizar su continuidad y su capacidad de contribuir al crecimiento económico y a la generación de empleo”.

Además, consideró que “la colaboración entre el sector público y privado es esencial para buscar soluciones que mitiguen los impactos de los factores externos. En Santa Fe, con su destacada capacidad de procesamiento, el compromiso de mantener esta industria próspera debería ser una prioridad, no solo para la provincia sino para toda Argentina, ya que su éxito es un reflejo del potencial agrícola e industrial del país en su conjunto”, concluyó el informe de la BCR.

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