Funes

Los detenidos por amenazar a Di Maria iban a cobrar 4 M por hacer el «trabajo»

Country donde Di Maria tiene una de sus casas
La pareja detenida quedará detenida por plazo de ley

El fiscal Pablo Socca imputó este miércoles a Pablo Acotto y Sara Gutiérrez por la amenaza de muerte a Angel Di María y su familia. De acuerdo a la acusación, la pareja actuó con la promesa de cobrar $4.000.000 y se trató de un hecho de intimidación pública que tuvo el objetivo de generar conmoción en la población, al seleccionar un jugador de fútbol de fama mundial como blanco del ataque y mencionar al gobernador en la nota que dejaron en la puerta del country en Funes donde tiene una vivienda el jugador de la selección.

En su presentación ante el juez Pablo Pinto, el fiscal enumeró cada una de las intimidaciones que se hicieron desde diciembre en Rosario por parte de las bandas narco: “No les alcanza con balear un banco, un hospital, una comisaría, colectivos, matar gente y amenazar al gobernador. Ahora para llamar la atención también amenazaron a uno de los jugadores más destacados de la selección”, sostuvo Socca en la sala 3 del Centro de Justicia Penal.

Para el funcionario del MPA, este accionar de las bandas criminales, se explica por la decisión de la gestión del gobierno provincial de endurecer el trato a los presos de alto perfil en las cárceles provinciales.

En su resolución final -y ante el planteo del abogado defensor, Leonel Borra, respecto de que no se había amenazado a la sociedad-, el juez analizó el contexto que atraviesa Rosario: “No podemos desconocer que desde diciembre las bandas criminales han atentado y amenazado diversos objetivos, generando una fuerte conmoción. De alguna forma, esto se puso ‘de moda’ y no podemos dejarlo pasar en este ámbito, desde el rol que tenemos en la justicia”, argumentó Pinto.

Antes, Socca había mostrado varias evidencias: por un lado, las cámaras de seguridad de la estación de servicio en la que la pareja acusada había parado unos minutos antes de la una de la mañana del lunes 25 de marzo. Allí, a Sara Gutiérrez se le cayó una vaina. Además, imágenes que aportó el Municipio de Funes en los que se veía el recorrido del Megane gris que se usó para el ataque. En esas tomas se veía la patente. En la nota intimidante, se hablaba de dejar “plomo y muertos”.

Durante la investigación, la PDI le informó al fiscal que quién aparecía como dueño del auto hasta junio del año pasado lo había vendido a “alguien vinculado al narco”. Esa persona cae presa en febrero en febrero pasado y los investigadores pudieron detectar que estaba relacionado con la venta de drogas en la localidad de Alvarez y Piñero.

La justicia federal nos pudo brindar datos sobre el movimiento de ese Megane. Y lo tenía identificado en varios movimientos narco, pero cuando allana en febrero en Piñero y Álvarez no encuentra el auto. La banda que ellos investigaban tenía gente en Pérez y el fiscal Arzubi Calvo nos dice que, en las escuchas, sé hablaba de un ‘trabajo que tenían que hacer por cuatro millones de pesos’.

En ese momento aparece la figura de Tamara que hablaba con un Pablo, por el que pregunta en una llamada con una mujer: “¿Qué sabés de tu hijo Pablo? Lo estoy buscando, andaba en el Megane y tenía que hacer un trabajo que le pidió la gente de arriba”, pregunta ella. Del otro lado de la línea, estaba la mamá de quién resultaría detenido por amenazar a Di María.

Unos días antes, el propio Pablo le dice a Tamara que tenía un “laburito piola por cuatro palos”. Este a su vez la sumó a su prima, a la que le ofrece cien palos (cien mil pesos).

“Pudimos detectar que alquilaron un departamento temporario en el centro de Rosario y que tres días después del atentado tenían previsto escapar. En las escuchas, Acotto le pide a su mamá que le busque la pistola, que después le encontrarnos en un placard al allanar”, indicó Socca.

 

Los allanamientos que se precipitaron

Cuando pudieron verificar a dónde estaba la pareja, la investigación se precipitó porque la Policía Federal ve que a las 4 de la mañana los pasa a buscar un tercer integrante de la banda, Gabriel P. Ahí se producen las detenciones. “Además, cuando caen, yo voy al allanamiento. Y veo que en el departamento adonde se habían alojado, tenían otros teléfonos, que vamos a peritar’, explicó en la audiencia el fiscal Socca, que sumó otro dato: en una bolsa estaba escondido el pantalón de jean que Sara había usado el día de la amenaza.

Al mismo tiempo, un rato antes de las detenciones, el Comando Radioeléctrico había encontrado en la zona oeste de Rosario el Megane gris. “Tenía un trapo en la tapa del tanque de nafta”, sostuvo Socca. Para el fiscal, fue otro de los datos que permitió sostener que había un plan de fuga y por ende un posible entorpecimiento del accionar judicial. De allí que también sirvió para argumento de la presión preventiva que convalidó el juez.

Para el final, o para lo que siga de la investigación, surge una pregunta que no pudo ser respondida en esta etapa inicial de la causa: ¿Quién es el ‘de arriba’ que hizo el encargo? ¿Con qué bandas que en los últimos tiempos actuaron en Rosario con atentados resonantes está relacionado este grupo que atacó a Di María y hasta puso en jaque su sueño de volver a la ciudad en la que nació para retirarse en Central? ¿Quién ponía esos cuatro millones de pesos que pensaba cobrar Acotte por la amenaza? Posiblemente, en los teléfonos que falta peritar de cara al juicio, puedan aparecer certezas ante estas preguntas.

 

Rodrigo Miro para Red Boing

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