Madonna ofreció un concierto gratuito en la playa de Copacabana el sábado por la noche, convirtiendo la vasta extensión de arena de Río de Janeiro en una enorme pista de baile repleta de una multitud de admiradores. Era el último show de The Celebration Tour, su primera gira retrospectiva, que comenzó en octubre en Londres.
La “Reina del Pop” inició el espectáculo con su éxito de 1998 “Nothing Really Matters”. La bulliciosa multitud ovacionó apretujada contra las vallas. Otros siguieron el concierto en fiestas en apartamentos y hoteles muy iluminados con vistas a la playa. Helicópteros y drones sobrevolaron la zona, mientras que lanchas y veleros cerca del escenario llenaban la bahía.“Aquí estamos en el lugar más hermoso del mundo”, dijo Madonna a la multitud. Señalando la vista al mar, las montañas y la estatua del Cristo Redentor que domina la ciudad, agregó: “Este lugar es mágico”.
Madonna interpretó sus éxitos, incluyendo “Like A Virgin” y “Hung Up”. Para la introducción de “Like A Prayer”, su cabeza estaba completamente cubierta con una capa negra y llevaba un rosario en las manos.
Más tarde, se le unieron en el escenario dos jóvenes artistas brasileños. Anitta fue jueza de una competencia de baile con “Vogue” y Pabllo Vittar bailó con una versión con músicos de samba de “Music” para la que todos, incluyendo a Madonna, llevaban camisetas similares a las de la selección brasileña de fútbol y apareció la bandera de Brasil en las pantallas en el fondo del escenario.
Ana Beatriz Soares, una fan que estuvo en Copacabana el sábado, dijo que Madonna ha dejado su huella por décadas. “Madonna tuvo que correr para que los artistas pop de hoy pudieran caminar. Por eso es importante, porque sirve de inspiración para las divas del pop de hoy”, dijo Soares. “Y eso fue hace 40 años. No 40 días, 40 meses. Son 40 años”, dijo.