Más allá de las commodities: Vicentín apuesta a los vinos de alta gama, de la mano del Malbec

La familia es dueña de una de las mayores empresas exportadoras de la Argentina. Ahora, buscan potenciar su negocio vitivinícola. Detalles de la iniciativa


La familia Vicentín es uno de los apellidos más poderosos de la provincia de Santa Fe.

No es para menos: son propietarios de una de las principales compañías exportadoras de aceite de girasol de la Argentina. Además, son dueños de Friar, uno de los grandes frigoríficos nacionales con negocios en el exterior. Como si fuera poco, además están al frente de La Estrella, la marca más reconocida de la industria algodonera a nivel local.

Ahora, la familia está dando un paso más, poniendo sus fichas en la industria vitivinícola, de la mano de una bodega que lleva su nombre y cuya premisa es la de mostrar la versatilidad del Malbec, la cepa estrella por excelencia.

Actualmente, la bodega cuenta con un viñedo de 100 hectáreas, ubicado en el Valle de Uco, a pasitos de Clos de Los Siete. La enología se la confiaron a Carola Tizio, hija del reconocido Carlos Tizio, quien a fuerza de buenos vinos ya se ganó su propio nombre. En tanto que la consultoría externa quedó en manos de Paul Hobbs, el flying winemaker que, además de asesorar a otras bodegas, desde hace más de una década es copropietario de la prestigiosa Viña Cobos.

En este contexto, bodega Vicentín lanzó sus vinos en un encuentro con la prensa especializada, el cual tuvo lugar en Rey de Copas, -un nuevo reducto en pleno corazón de Palermo, liderado por Carlos Páz Vilaró, hijo del célebre artista uruguayo- y que tuvo al chef Alex Sourou detrás de los fuegos.

«Cuando me acerqué a este proyecto, me encontré con gente realmente preparada, gente que conocía no sólo de campo, sino también de vinos y con una fuerte pasión por hacer cosas nuevas», abrió la charla Andrés Ridois, gerente de la bodega, con larga experiencia en la industria.

A la hora de referirse a la génesis del proyecto, el directivo aseguró que «se barajaron 40 nombres distintos, pero finalmente nos quedamos con que lleve el de la familia. De hecho, reforzamos la identidad en cada etiqueta con un diseño que asemeja un girasol, dejando en claro que es una familia orgullosa de lo que hace».

Los vinos
Tal como se mencionó anteriormente, la bodega está apuntando todos sus cañones al Malbec, mostrando la versatilidad de esta cepa y explorando todo su potencial bajo distintas formas de elaboración. Prueba de ello es su blanc de noir, un vino diferente y que va a dar que hablar en los próximos meses.

La apertura corrió por cuenta del Vicentín Rosado de Malbec Vintage 2010, un espumante elaborado bajo método tradicional que ya puede conseguirse en vinotecas a un precio sugerido de $85 y que cuenta con el sello de Pepe Reginato.

En nariz prima su perfil frutado, que mezcla notas de frutos rojos con un leve toque cítrico. Más al fondo, en un segundo plano, aparecen los característicos aromas de las levaduras, dejando en claro desde el inicio que se trata de un ejemplar fresco. En boca, las finas burbujas y su cuota chispeante juegan un interesante contrapunto con el volumen, aportado por la leve carga tánica del Malbec, dando lugar así un espumante fácil de tomar pero con cierta complejidad, volviéndolo así una interesante opción a la hora del maridaje.

En este contexto, el chef eligió un plato elaborado a base de ostra fresca natural con langostinos poché al champagne.

Para el segundo paso, fue el turno de una de las puntas de lanza de la bodega, el Vicentín Blend de Malbecs 2010, un vino que, tal como su nombre lo indica, está elaborado en base a diferentes viñedos.

En este caso, se utilizaron como columna vertebral, con una proporción de casi el 50%, uvas de Vistalba, de un viñedo con una antigüedad de más de 80 años. Además, hay uvas procedentes deChacras de Coria, Agrelo, Tupungato y La Consulta.

Se trata de una etiqueta que sale al mercado a un precio sugerido de $89 y de la cual se elaboraron unas 120.000 botellas.

A la hora de degustarlo, Vinos & Bodegas se encontró con un buen ejemplar, con mucha fruta roja al frente, acompañadas por las clásicas notas florales y un sutil touch balsámico. Más al fondo, aparece una elegante nota de moca, heredada tras su paso de 9 meses por barricas de roble francés de primer uso. Al paladar se presenta caudaloso, con buen cuerpo y una buena cuota de acidez. Los taninos, dulzones, vienen evolucionando bien en botella, encontrando de a poco su punto ideal de sedosidad. Todo en orden para alumbrar un vino a un precio competitivo.

«Buscábamos un vino concentrado pero no en exceso, bien prolijo«, acotó Ridois.

Para acompañar esta etiqueta, el chef eligió codorniz con salsa del mismo Malbec y arándanos, sumado a un lomo de jabalí con salsa astringente también de Malbec.

Para cerrar el encuentro, la bodega mostró un adelanto de lo que será, sin dudas, un vino que dará que hablar en los próximos meses y que verá la luz en el mercado a fines de septiembre.

Se trata del Vicentín Blanc de Malbec 2012, que saldrá con un precio sugerido de $87 y del cual, para esta cosecha se elaboró una partida limitada de 4.200 botellas.

Es una propuesta totalmente diferente a lo que está acostumbrado el mercado, dado que la bodega eligió vinificar esta cepa tinta como un vino blanco, lo que deriva en un ejemplar que en nariz sorprende, dado que los descriptores aromáticos que surgen, en gran medida, poco tienen que ver con lo que acostumbra a expresar el Malbec.

En nariz es intenso, con notas de frutas bien marcadas, que, además, de la clásica cereza, incluye toques de manzana roja bien madura y penetrantes aromas tropicales. En boca muestra un paso fluido y definitivamente fresco, pero con una leve estructura, de la mano de taninos más bien dulzones. El resultado es interesante: de esa nariz potente y súper estridente, se da paso a un paladar claramente fresco pero con cierta elegancia.

Los consumidores darán su veredicto, pero sin dudas es para celebrar una propuesta diferente como la que plantea la bodega con esta propuesta. 

Lo que viene
De cara al futuro, la bodega tiene varios proyectos en carpeta. Por un lado, bajo el nombre «La saga de los creadores», Vicentín alumbrará un box set de Malbec elaborados por cuatro enólogos diferentes. Entre ellos habrá profesionales de California, de Cahors, de Eslovenia y de Argentina.

«La idea es que elaboren vinos bien concentrados, cada uno con su propio estilo«, explicó Ridois.

Paralelamente, Vicentín trabaja en otro box set, que apuntará a «deconstruir» el blend cosecha 2011 en cada uno de sus componentes, cada uno en su propia botella.

«Con este producto apuntamos a jugar con esta cepa y mostrar el potencial de cada uno de los diferentes terroirs», destacó el directivo. En noviembre saldrá la preventa mientras que en marzo estará formalmente en el canal de comercialización.

Por último, preparan una última caja, esta vez con el mismo blend pero embotellado a lo largo de distintos meses del año.

«El objetivo es demostrar que no es lo mismo un vino sacado del tanque y puesto en botella en un momento que en otro. El consumidor podrá vivir su propia experiencia y comprobar cómo va evolucionando el vino», sostuvo Ridois.

 

 

 

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