En mayo de 2020, a pocos meses de la caída de Vicentin, comenzaron las operaciones mediáticas para instalar la figura de José Luis Manzano como potencial armador de andamiajes económicos que le permitan tomar el control de la agroexportadora. “Manzano monitorea la conformación de un pool de acopiadores que lleva adelante el empresario agrícola, Mariano Grassi, quien según fuentes al tanto del negocio podría aglutinar al 80% de los acopiadores del país”, publicaba el portal de noticias La Política Online el 26 de mayo del 2020. Esta opción se fue diluyendo con el correr de los meses y el nombre del ex funcionario menemista no volvió a aparecer en los medios de comunicación.
Con la llegada de Sergio Massa al poder, los operadores detrás del crawdown de Vicentin se apuraron en agarrar sus celulares y enviar mensajes de Whatsapp con la leyenda: “Es ahora con José Luis, no nos para nadie”. El diálogo que Manzano tiene con los operadores locales nació con la compra del diario rosarino La Capital, empresa que tenia en sociedad con el mendocino Daniel Vila, hoy en el ojo de la tormenta por la censura a la periodista Viviana Canosa en la señal A24, propiedad de ambos.
Ayer, el periodista de LN+ Carlos Pagni en su habitual editorial de los lunes, hizo referencia al armado de un negocio que Manzano y Vila tendrían con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y Sergio Massa, para operar una empresa de litio en la provincia norteña.
Mariano Grassi, quien preside la corredora que lleva su nombre, sería el fronting con el campo para originar las semillas necesarias para operar las plantas de Vicentin con el ingreso del estado a través del Banco Nación, que aportaría más de 300 millones de dólares como punta del capital de trabajo. Un armado similar para el salvataje de la empresa Sancor parecería terminar en fracaso, ya que la banca nacional no aportó los 60 millones de dólares solicitados.
En este contexto, ¿podrá “José Luis” meter la cola en la agroindustria?