El Peronismo tuvo en Santa Fe su peor elección provincial desde el retorno de la democracia. Pese a ese catastrófico resultado en la provincia, el pre candidato a presidente, Sergio Massa, pegó su figura a la de los dirigentes santafesinos Marcelo Lewandowski y Omar Perotti, algo que costaría explicar si el oficialismo tuviera asegurada una elección potente en el territorio santafesino.
Massa compite contra el dirigente de izquierda Juan Grabois, quien en la provincia de Santa Fe está cercano al movimiento que lidera Juan Monteverde en Rosario, candidato a intendente en esa ciudad luego de ganar la interna contra el hombre de Agustin Rossi, Roberto Sukerman. Grabois se recostó también en el movimiento de izquierda que a nivel provincial conduce Carlos Del Frade y en la ciudad de San Lorenzo con el candidato a concejal German Mangione.
Mangione fue quien lideró la negociación con Esteban Aricó, tildado como el delfín de Perotti en San Lorenzo, para bajar la candidatura de Mario Besedniak y sumar así sus votos para llegar a vencer al intendente Leonardo Raimundo.
La política en épocas de baja participación y enojo colectivo busca con acuerdos conseguir la mayor cantidad de votos para gobernar. Una vez en el poder, esos acuerdos son de difícil cumplimiento, una alquimia electoral que llevó al fracaso al gobierno nacional de Alberto Fernández.