"Soy un afortunado"

Matías Alé se puso una heladería y vende un gusto con su nombre

El actor y conductor reconoció su nueva faceta como empresario de este rubro gastronómico. También dijo estar solo y que la cuarentena lo potenció. Está sin pareja y bajó 10 kilos


“Para mí la cuarentena fue positiva”, resumió Matías Alé (43), dentro de una minoría que logró revertir los obstáculos, la incertidumbre y la montaña rusa de emociones que golpeó a los ciudadanos desde la llegada del coronavirus.

La palabra ‘resiliencia’ es el hilo conductor que regirá toda la nota que le dio a Ciudad.com, donde dejó en claro que el brote psicótico que sufrió cinco años atrás lo paró desde otro lugar, lo obligó a barajar y dar de vuelta. Y esta vez le tocaron buenas cartas. Ahí se quiere quedar, donde cada paso es una meta cumplida que le permite dar el próximo paso.

“Estoy bien de salud, conseguí trabajo, bajé 10 kilos y me puse una heladería”, enumeró como quien hace una lista y va tachando cada ítem, con una voz que suena a orgullo, con la felicidad de permanecer 20 años en el rubro que le hace latir fuerte el corazón. “Me siento un afortunado, el medio no me soltó la mano, ni tampoco me pegó en el piso”, agregó, asegurando que su gran capital fue el cariño que cosechó a lo largo de su carrera.

Y un proyecto que es la antesala de lo que soñó de chico: una heladería. Y lejos de una mirada como empresario, Alé espera que se levante el aislamiento para ser él mismo el que con su característica sonrisa atienda al público, casi como una forma de devolver lo que tanto le llegó en forma de aplausos, besos, fotos y palabras de amor.

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