Mario Albornoz es el hombre que el pasado fin de semana se cayó por la barranca, desde una altura de unos 15 metros, golpeando muy fuerte contra las piedras y el río a tal punto que sufrió fracturas en su cráneo y tórax, además de lesiones que comprometieron a varios órganos, como hígado y riñón.
De hecho, una vez rescatado por los bomberos debió ser trasladado en un helicóptero sanitario hasta el Hospital de Emergencia Clemente Álvarez (HECA), en Rosario donde los primeros días estuvo en terapia intensiva y con pronóstico reservado.
Sin embargo, con el correr de los días tuvo una rápida y feliz recuperación que le permitió obtener su alta médica.
El hombre, de 44 años de edad, está consciente y ya recuperó su estado de salud habitual, más allá de algún que otro dolor muscular que le quedó aún, tras semejante caída, y la pérdida de un riñón.
“Es un milagro de Dios”, dijo su hermana Paola. «Lo tenemos en vida”, agregó.
El hecho sucedió en la plazoleta sita en calle Alem y el río Paraná. Albornoz estaba acompañado de otra gente que le arrojó su teléfono celular por la barranca, aparentemente a modo de broma. En su afán por recuperarlo comenzó a descender y en un momento perdió el equilibrio.
Cuando la policía y los bomberos arribaron al sitio del suceso, esos mismos hombre que lo acompañaban al momero de la caída, desaparecieron.
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