El proceso de Cramdown o Salvataje de Vicentin, la cerealera santafesina que entró en default a fines de 2019, atraviesa sus horas más intensas. En una entrevista concedida a Cadena 3 Rosario, el abogado Tomás Araya, representante legal de Luis Dreyfus Company (LDC), explicó el momento que atraviesa la negociación y adelantó que “estamos llegando al 60% de apoyo de los acreedores”.
La declaración es significativa: a menos de una semana del cierre del período de votación, la alianza conformada por Dreyfus, Molinos Agro y la Unión Agrícola de Avellaneda se consolida como el principal competidor frente a la propuesta presentada por Grassi SA. Ambas buscan alcanzar las dos mayorías que exige la ley: la de personas (más del 50% de los acreedores) y la de capital (dos tercios del pasivo verificado).
“Nosotros estamos muy satisfechos con la receptividad de los acreedores”, dijo Araya en diálogo con el periodista Hernán Funes, conductor de la mañana de Cadena 3 Rosario. “Llevamos apenas siete u ocho días hábiles de trabajo y ya hemos superado la mayoría de personas. Hoy estamos en el 52% de conformidades y estimamos llegar al 60% en el transcurso del día”, señaló.
Araya destacó que el Juzgado de Reconquista, que lleva adelante el expediente, emitió una resolución clave que extiende el período de votación hasta el viernes 31 de octubre a las 23:59, lo que permitirá a todos los acreedores expresar su preferencia de manera transparente y electrónica.
“Estamos comprometidos con un proceso competitivo, donde los acreedores puedan elegir la mejor opción”, enfatizó.
La propuesta del grupo Molinos-Dreyfus-UAA busca, según sus representantes, ofrecer una salida “real y sustentable” a un conflicto que lleva casi seis años. “Nosotros venimos a solucionar el problema, no a prolongarlo”, dijo el abogado. “Durante estos años no tuvimos ninguna participación en el proceso. Venimos a aportar capital, gestión y previsibilidad para que los acreedores recuperen y los empleados mantengan su fuente de trabajo”.
Uno de los puntos más relevantes de la propuesta es la garantía de continuidad laboral para los más de mil trabajadores vinculados a las operaciones de Vicentin.
“El compromiso de los oferentes es efectivamente que las fuentes laborales están garantizadas”, remarcó Araya. “Las plantas de San Lorenzo y Ricardone tienen un potencial enorme, y lo que planteamos es recuperarlo y ponerlo en marcha cuanto antes”.
El grupo oferente también contempla la continuidad de los activos de Vicentin en el norte santafesino, donde la Unión Agrícola de Avellaneda (UAA) jugará un rol central. “Ellos asumen el compromiso no solo de mantener el desarrollo empresario de esa región, sino también de garantizar la estabilidad de los puestos de trabajo”, explicó el abogado.
En relación con Renova, empresa en la que Vicentin posee el 33% junto a Bunge, Araya aclaró que “no hay conflicto laboral allí, porque es una compañía sólida y en funcionamiento, pero el capital accionario es parte del activo que también se revalorizaría si se destraba el proceso”.
El tono de Araya fue enfático al subrayar la autonomía de decisión de los acreedores:
“Acá lo que se trata es de informar a los acreedores que ellos tienen la potestad y el derecho a elegir. Eso es fundamental. Se intentó confundir, pero el juez lo dejó claro: el derecho a elegir está protegido constitucionalmente y se puede ejercer hasta el viernes 31”.
El abogado aclaró también un punto técnico del proceso: “Los acreedores pueden presentar doble conformidad, pueden adherir a una propuesta o a ambas, o incluso revocar una conformidad si consideran que la otra alternativa es más conveniente”.
Consultado sobre la ausencia de Bunge en la audiencia de la semana anterior, respondió:
“Bunge no es parte de ninguna propuesta. Supongo que decidieron mantenerse neutrales. Si no aprobaron la propuesta original de la familia Vicentin, ahora están observando cómo se define este proceso, lo cual es lógico”.
“Venimos a reactivar el potencial industrial de Vicentin”
Durante la entrevista, Funes sumó al diálogo a Fernando Correa Urquiza, Head Regional de Oleaginosas de Luis Dreyfus Company, quien aportó una mirada técnica e industrial sobre el proyecto.
“El compromiso de Dreyfus y Molinos es total con los empleados de las fábricas y con la puesta a punto de activos que fueron submantenidos durante los últimos cinco o seis años”, explicó.
Correa Urquiza aseguró que las plantas de San Lorenzo y Ricardone tienen una capacidad ociosa considerable, producto del parate y del deterioro de mantenimiento. “Estos activos tienen un potencial mucho mayor al que hoy exhiben. Lo que queremos es devolverles competitividad y volver a aprovechar su escala de molienda”.
Inversión: entre 50 y 70 millones de dólares
El ejecutivo detalló que la inversión estimada para reactivar completamente las instalaciones industriales ronda entre 50 y 70 millones de dólares.
“Son fondos disponibles, respaldados por dos compañías con más de cien años de trayectoria en Argentina y más de ciento cincuenta a nivel global. La capacidad financiera está garantizada”, sostuvo.
El destino de esa inversión será principalmente la planta de San Lorenzo, mientras que en Ricardone se prevé una inversión adicional para mantenimiento y adecuación tecnológica.
En cuanto a Renova, aclaró que “ya opera normalmente y no requiere intervenciones”.
“Estamos acá no para experimentar —remarcó Correa—, sino porque conocemos profundamente el negocio. Queremos poner a Vicentin en su máximo potencial industrial y devolverle protagonismo al sector agroexportador argentino”.
“Vicentin tiene un valor estratégico”
El ejecutivo fue más allá y vinculó el caso Vicentin con una mirada macro sobre el rol de Argentina en el mercado mundial de oleaginosas:
“Vicentin es la última gran capacidad de molienda disponible en el país. No hace falta construir más: hace falta reactivar lo que ya existe. El potencial está ahí”.
“En los últimos 10 o 15 años —continuó—, Argentina estuvo dormida en materia agroindustrial, mientras competidores como Brasil y Estados Unidos crecieron de manera fenomenal. Ahora es el momento de dar los próximos pasos, y Vicentin puede ser la punta de lanza de esa recuperación”.








