El ministro de Trabajo de la Provincia, Juan Manuel Pusineri, se reunió con Jesús Monzón y otros representantes de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales (Festram) de Santa Fe en virtud a los conflictos que se desarrollan y/o están a punto de comenzar en varias localidades santafesinas donde se sucedieron un cambio de autoridades, el pasado 10 de diciembre.
Se trata de personal nombrado a último momento y que respondieron a una «afinidad política» del gobernante saliente que las nuevas autoridades desconocen. Desde el gremio aluden que son las flamantes administraciones laqs que intentan incorporar a gente afín a ellos en desmedro de trabajadores legítimos.
Según señalaron los sindicalistas, existen a la fecha 90 despidos «injustificados» en los municipios de Roldán, Laguna Paiva, Calchaquí, Sauce Viejo, San Javier, Timbúes, San Fabián, El Trébol, Helvecia y Hersilia.
Tras el encuentro, Monzón calificó la reunión como “muy positiva” y destacó «la colaboración permanente de funcionarios y personal del Ministerio”.
La situación es un calco de lo que pasó cuatro años atrás en Fray Luis Beltrán cuando Mariano Cominelli alcanzó la intendencia y se encontró con empleados nombrado a último momento, por afinidad política del gobernante saliente, y en áreas donde no hacía falta incluir personal alguno. De hecho, el grueso de la planta se concentraba en tareas administrativas, y un pequeña cantidad en operaciones logísticas de calle.
A pesar de las evidencias que acreditaban la razón del mandatario, el sindicato se plantó en su contra y llevó el caso hasta la justicia, que a la postre, termino por darle la razón al gremio. Para aquel caso, lo que prevalecía era una razón política y ética, más no jurídica, pero Monzón miró para otro lado. Igual que ahora.
Comentarios