Uno de los episodios más dolorosos en la memoria colectiva de Argentina sigue siendo el trágico suceso del ARA San Juan. El 15 de noviembre de 2017, cuarenta y cuatro miembros de la tripulación del submarino desaparecieron en aguas del mar argentino, mientras se dirigían desde Ushuaia hacia Mar del Plata. La Marina Argentina perdió comunicación con la embarcación, desencadenando una intensa búsqueda internacional que, lamentablemente, no arrojó resultados positivos en aquel momento.
Un año más tarde, el 17 de noviembre de 2018, el submarino fue finalmente ubicado cerca de su última posición reportada, a una profundidad de 907 metros. Sin embargo, aún persiste el misterio sobre las causas que llevaron al hundimiento de la nave, manteniendo a la nación en vilo y a las familias de los tripulantes en busca de respuestas.
La reciente serie documental e investigativa de Netflix, “ARA San Juan: El submarino perdido”, dirigida por Mauricio Albornoz Iniesta, ha reavivado el interés en torno a esta tragedia global. A través de ocho episodios, la producción presenta diálogos con especialistas y allegados de los tripulantes, generando un debate entre aquellos que celebran la visibilidad del evento y aquellos que prefieren no revivir el dolor del pasado.