La pandemia, la crisis económica y el conflicto eterno que sostienen. Todos los ingredientes entraron en la coctelera, y después de una nueva sacudida el trago volvió a salir amargo para Nicole Neumann y Poroto Cubero. Cualquier situación es buena para que ellos entren en guerra. Ahora, la imposibilidad de vender la casa que compartían cuando eran pareja.
La cosa es así: cuando estaban juntos y soñaban transitar toda la vida de la mano y comiendo perdices, Cubero y Nicole compraron una mansión en uno de los countries más caros de zona Norte, el famoso Santa Bárbara. Billetes más, billetes menos, se logró establecer que la propiedad está valuada en 800.000 dólares.
Traducido a plata argentina, la friolera de 120 millones de pesos. Una tonelada de guita. Cuando se separaron, el acuerdo fue que Nicole se quedaba viviendo allí “hasta que se vendiera la residencia y se pudiera repartir el dinero en partes iguales”. Pasó el tiempo. Días, semanas, meses, años. Y nada. Entonces, Poroto quiere que desaparezcan las excusas y aparezcan los billetes.
Nicole se aferra a dos circunstancias no moverse de allí. La primera es que sus hijas, que en realidad son las hijas de los dos, están muy acostumbradas a vivir allí. Que encima que se bancaron la separación, las nuevas parejas de los dos y todas las peleas públicas y privadas, someterlas a una mudanza sería un nuevo paso atrás en su crianza.
La otra es que nunca apareció “el novio” para la vivienda. Un poco por las altas pretensiones económicas (que se dan de frente con la malaria económica que azota y agobia al país) y otro tanto porque la pandemia impide que la gente vaya a conocer “in situ” la mansión. Precavida frente a los recontagios que hay de la enfermedad (ella ya tuvo covid, pero el año pasado) no quiere que nadie ingrese a su hogar.
Poroto no está tan convencido de una de las razones. En su razonamiento, la gente que puede comprar algo en un lugar como el Santa Bárbara no está apretada por ninguna crisis. “Si vas a buscar una casa ahí es porque te sobra guita”, está seguro el ex futbolista de Vélez y por eso pidió la agilización del trámite comercial, o una indemnización económica cercana a la mitad de la valuación, que podría ser un cuarto de millón de dólares.
La casa posee un amplio hall, living con chimenea, comedor, escritorio y toilette. Una cocina, comedor diario, dependencia de servicio y lavadero. En la planta alta se despliegan las habitaciones y dependencias. Hay un jardín con parrilla y piscina. Por si todo eso fuera poco, tiene dos cocheras semicubiertas y hasta bicicletero.
