Ayer se realizó en el Concejo Municipal de San Lorenzo una reunión para evaluar el impacto ambiental que general la firma Nouryon (ex Akzo Nobel), radicada en la zona sur de San Lorenzo.
La cita surgió luego de sucesivas quejas y denuncias efectuadas por vecinos de la industria química a las que la semana pasada se sumó una acción del concejal Marcelo Remondino, quien oportunamente se trasladó hasta la empresa y dialogó con algunos de sus referentes acerca de la cuestión. Esta semana, la Municipalidad labró un acta de clausura en la que imponía hasta hoy plazo para que los empresarios presentasen un plan de contención sobre el impacto ambiental que genera su producción.
de acuerdo a lo que había señalado Remondino la semana pasada, después de hablar con directivos de Nouryon, la falta de repuestos y/o de algún filtro en particular que se instalan en sus chimeneas hace que el venteo no retengan la cantidad necesaria de químicos para evitar cualquier contaminación mayor a lo permitido.
Lo concreto es que, con estos antecedentes, la firma no concurrió a la reunión en el recinto legislativo. Y se limitó a presentar un escrito en el que reconocen que su producción no genera contaminación ambiental alguna.
Todo lo contrario sostuvieron integrantes del Taller Ecologista de Rosario, una ONG de larga trayectoria integrada por profesionales en la materia, que plantearon su preocupación ante los últimos hechos acontecidos. Y lo mismo expresaron sobre las limitaciones en los controles y métodos para la medición y comprobación de afluentes y emanaciones que deberían efectuar tanto la Nación como la Provincia.
“Esta empresa manipula dióxido de azufre y ácido sulfúrico, que es lo que se termina venteando por las chimeneas”, sostuvieron.
Lo curioso es que no hay otro industria de las características de Nouryon en sus alrededores; tiempo atrás estaba Ar Zinc, pero el predio cerró hace años.
Otro de los invitados, que sí asistió al debate, fue el Sindicato Químico de San Lorenzo, que enfocó su principal y casi preocupación en el sostenimiento de la fuente laboral.
“Se mostraron muy preocupados porque este debate podría hacer perder puestos de trabajo; lo que se necesita es que la empresa funcione correctamente, respetando normas sanitarias y de seguridad, tanto en lo laboral como para la sociedad toda, y desde ya sosteniendo los puestos de empleo. Una cosa nada tiene que ver con otra”, señaló Remondino.
Si se comprueba algún tipo de contaminación ambiental, tal como algunos aseveran, el gremio deberá aportar las explicaciones sobre la omisión en que incurrió en defensa de la salud de sus afiliados.
No sería un caso aislado. Antes del cierre de Petroquímica Capitán Bermúdez (ex Electrolclor), la Provincia constató un sin fin de irregularidades que no aseguraban el respeto al medio ambiente ni a las normas mínimas de seguridad e higiene laboral. de esto último, el Sindicato Único de Trabajadores Químicos y Petroquímicos (Sutraqyp) de Fray Luis Beltrán, que por entonces (y aún ahora) dirigía Daniel Santillán, dijo palabra alguna.
Ante el pedido de un plan de reconversión fabril, la planta cerró, pues sus dueños optaron por no realizar la inversión que se requería. En consciencia, los puestos de empleo se perdieron, pero el debate se encendía y ahora vuelve a repetirse: ¿vale cualquier cosa con tal que no se produzcan cesantías?
Tras la reunión de los ediles se resolvió pedir actuaciones de todo lo realizado tanto a la Secretaría de Medio Ambiente de la Municipalidad como al Ministerio de Medio Ambiente de la Provincia.