La Cámara de Actividades Marítimas y Portuarias (CAPyM) confirmó la vigencia de la medida de fuerza lanzada por la CGT San Lorenzo y que, en principio, sería por tiempo indeterminado.
Con ello cesan todos los embarques en el complejo oleaginoso del Cordón Industrial (San Lorenzo, Puerto San Martín y Timbúes) y año, próximo a cerrar, soporta otra interrupción económica que a esta altura harta al empresariado.
En esta ocasión, el reclamo fue interpuesto por el confederal regional a favor de la Asociación Argentina de Empleados de la Marina Mercante (AAEMM) y el Sindicato de Patrones y Oficiales Fluviales para eefctivizar el pago de un bono salarial extraordinario de fin de año, solicitado específicamente a las empresas de lanchas de amarre.
SOMU hizo lo propio.
CAPyM convocó a las partes en varias oportunidades para que cada una estableciesen sus posiciones, que desde iniciadas las negociaciones hasta hoy, fueron bastantes radicalizadas.
Sin llegar a entendimiento alguno, y más aún en la fecha a cuya reunión asistieron muy pocos empresarios (casi no había representatividad), los gremialistas optaron por retirarse y lanzar la huelga.
Con la ausencia de estos servicios, las cargas y maniobras de buques es imposible, y las terminales portuarias vuelven a pagar los platos rotos por una metodología que en los últimos años comenzó a convertirse en usual, al menos en la zona.
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