Un video que se viralizó en redes y que muestra una gran mancha sobre la ribera del río Paraná en Rosario, volvió a poner sobre la mesa una deuda pendiente en la ciudad: las plantas de tratamiento de efluentes cloacales, que se proyectaron varias veces pero que nunca se ejecutaron. Si bien desde Aguas Santafesinas (Assa) remarcaron que la aparición se originó por las lluvias, que arrastraron sedimentos formados en el Emisario 9, y que las tomas de las plantas potabilizadoras están río arriba de la ubicación de los desagües de este ducto y de otro ubicado en zona sur, la necesidad de cambiar un sistema que data de inicios del siglo pasado volvió a quedar en el centro de la escena.
El video fue subido a Twitter por la cuenta de la Asociación Civil Comunidad Islera (que representa a ganaderos de las islas del Delta del Paraná). En el mismo se ven imágenes, tomadas desde una de las torres de Puerto Norte, de una gran mancha que se extiende sobre la ribera del río Paraná, a la altura de la rotonda de Francia y Estanislao López. La mancha proviene del desagüe de los conductos del Emisario 9 que, los días de lluvias intensas, arrastran tantos sedimentos que cambian la coloración del río.
El Emisario 9 es un ducto troncal que cruza la ciudad de oeste a este, asegurando el escurrimiento pluvial y cloacal de Funes, y de los barrios del oeste y el norte de Rosario. La salida del desagüe se encuentra donde comenzó a verse la gran mancha que llamó la atención durante el fin de semana.
Rosario
Sus cloacas
Pero la ganadería de Isla !! pic.twitter.com/hXklmblOj2— Comunidad Islera Asoc Civil (@asoc_islera) November 15, 2022
El río Paraná es el principal proveedor de agua potable para las ciudades de su ribera y las imágenes causaron preocupación. Consultados por este fenómeno, desde Aguas Santafesinas explicaron que se produce cuando ingresa agua de lluvia a través de la red pluvial, con lo cual el caudal es mayor, arrastra sedimentos que están en los conductos y cambian la coloración del agua del río.
La situación volvió a dejar expuesto el reclamo por una planta de tratamiento de efluentes cloacales, que no está presente en ninguna de las ciudades más importantes de la ribera del río Paraná en la provincia. En Reconquista se licitaron las obras hace poco más de un año y el plazo de ejecución, para entonces, era de 18 meses. En Rosario y la ciudad de Santa Fe hay proyectos, pero ninguno en ejecución. A mitad de año, en el Concejo, la edila Silvana Teisa reclamó al Ejecutivo Municipal un estudio de ingeniería y financiamiento para la construcción de una planta de este tipo.
El vocero de Assa, Guillermo Lanfranco, detalló a La Capital: “Todas las ciudades que no están sobre la ribera del río Paraná y que están dentro del área de servicios de Assa tienen planta de tratamiento. Rufino, Firmat, Casilda, Cañada de Gómez, Gálvez, Rafaela y Esperanza las tienen porque no tienen como receptor al sistema del río Paraná”.
Proyectos
Desde Assa señalaron que hay tres proyectos para la zona, de los cuales dos se desarrollarán en Rosario. “Para el Emisario 10, que está en la zona sur y desagua en zona portuaria, hay un proyecto definido y falta la cesión de terrenos para construir el sistema de tratamiento; está listo el proyecto para la planta de tratamiento para San Lorenzo y Capitán Bermúdez; y ya se iniciaron los estudios de factibilidad para el sistema de tratamiento en el Emisario 9”, indicó Lanfranco.
Un video difundido por la Asociación Civil Comunidad Islera reveló la mancha oscura que se forma en el río Paraná frente a Rosario.
De los proyectos, señaló que el más avanzado es el que se ubicará en zona sur y que al igual que la que se busca construir en San Lorenzo para las localidades del norte del Gran Rosario, ambas serán de “tratamiento primario” para separar los sólidos del líquido.
Para el Emisario 9, profundizó: “Se está definiendo el mejor modo de tratar, posiblemente sea un sistema de intercepción de sólidos. Está en estudio de prefactibilidad”. Mientras que para la planta que se ubicará en el norte del Gran Rosario se presentó, en enero de 2019, el proyecto ejecutivo para construirla y se estimó que demandaría unos 36 millones de dólares.
Uno de los principales inconvenientes a la hora de encarar la construcción de las plantas de tratamiento de efluentes cloacales es la financiación. “Son obras de alto impacto en ingeniería y de muy alta inversión”, expresó Lanfranco. Y manifestó: “La escala de nuestro río, que es el séptimo más caudaloso del mundo, hace que la proporción de líquidos que se vuelcan sea ínfima. El río Paraná tiene un caudal de 14.000 metros cúbicos por segundo, mientras que se vuelcan, en promedio, cuatro metros cúbicos por segundo. Por eso se dice que el río tiene una gran capacidad de autodilución”.
Desde la empresa que brinda el servicio de agua potable y saneamiento aclararon que las tomas de las plantas potabilizadoras están aguas arriba de los emisarios, por lo que no hay forma de que esas descargas interfieran con la calidad del agua de la ciudad.
La construcción de una planta de tratamiento de efluentes cloacales es una gran deuda de infraestructura que tiene la ciudad, que sigue vertiendo estos líquidos crudos al río sin ninguna depuración. Si bien la obra fue varias veces proyectada y anunciada, nunca llegó a concretarse.
Igual que el siglo pasado
El método actual de decantación de líquidos cloacales se implementa desde 1900, cuando la población era diez veces menor que la actual y, por consiguiente, también los residuos orgánicos. Si se toman los cuatro metros cúbicos por segundo que se decantan al Paraná sin tratamiento, se están vertiendo, en total, 345 millones de litros diarios al río desde inodoros, bachas y rejillas.
Fuente: La Capital