Reconvertido sin pedir perdón

Perotti designó a un ex represor como funcionario de su gobierno

José Bernhardt es coronel retirado del servicio de inteligencia del Batallón 601 (ex 121) y quien actuó en el centro clandestino de detención de La Calamita


Este viernes se dio a conocer el decreto firmado por el gobernador Omar Perotti que designa al teniente coronel retirado José Alberto Bernhardt como nuevo director del Servicio Penitenciario de Santa Fe.

El funcionario cubre así la vacante que dejó Walter Ataide, quien dio un paso al costado tras la salida de Jorge Bortolozzi en su cargo como secretario de Seguridad.

Bernhardt es recordado y repudiado por las organizaciones de Derechos Humanos por su paso por el Batallón 601 (ex 121), el principal organismo de Inteligencia de la dictadura militar. A su vez fue denunciado por haber integrado la «patota» de represores que actuaron en el centro clandestino de detención La Calamita, en Granadero Baigorria, desde mediados de 1976 a finales de 1977.

Bernhardt, de 69 años, fue funcionario en el gobierno de Jorge Obeid, ocupando el cargo de secretario de Seguridad, bajo la supervisión del ministro de Gobierno Roberto Rosúa. Tras ello, fue convocado a ser asesor del gobernador Carlos Reutemann, y del 2003 al 2007, formó parte de la segunda gobernación de Obeid, ocupando el rol de secretario de Emergencias. Actualmente, se desempeñaba como jefe de seguridad de un country en la localidad de Santo Tomé.

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Rosario elevó una carta abierta donde “repudia la designación como director del Servicio Penitenciario Provincial” de Bernhardt, ya que “dicho nombramiento ofende y lesiona toda la lucha por Memoria, Verdad y Justicia” y le exigen al gobernador Perotti que revoque la asignación del retirado militar.

Por su parte la Liga Argentina por los Derechos Humanos también se ha manifestado en contra del nombramiento. «La democracia no se puede permitir este tipo de designación. Cuando decimos Nunca Más es Nunca Más», dice el comunicado. Otras organizaciones, como HIJOS, también sumaron su repudio.

Según manifiesta el periodista y diputado provincial, Carlos Del Frade en su libro «Matar para robar, luchar para vivir», editado en 2006, Bernhardt era el oficial que trasladaba a los detenidos ilegales de Santa Fe, durante el terrorismo de Estado, hasta el centro clandestino que funcionaba en La Calamita.

Del Frade reproduce en el trabajo de investigación periodística la denuncia del comisario retirado Luis Galanzino (ex titular de la Unidad Regional XVII), quien llegó efectuar esta denuncia en Comisión Interamericana de Derechos Humanos con sede en Washington.

En el mismo libro Galanzino hizo una articulación con La Calamita y los intereses políticos de entonces y actuales: «Lo que ratifico es que Bernhardt hacía los traslados y también creo haber demostrado la relación existente entre él, el entonces ministro de Gobierno (del gobierno de Jorge Obeid), Roberto Rosúa y la jueza Alejandra Rodenas (actual vicegobernadora). ¿O no se sabe que Osvaldo “Tito” Rodenas, histórico dirigente de Rosario Central, era quien tenía La Calamita? El tema nace entre el coronel Juvenal Pozzi y el dirigente empresario Natalio Wainstein. Este último le presenta Rodenas a Pozzi para que el estadio de Central sea confirmado como la sede del Mundial `78. Y una de las condiciones fue que Rodenas le alquilara a Pablo Benzadón, La Calamita y luego se la pasara a los militares. Y ahí se hicieron las torturas».

Fuente: elurbanodigital

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