Decadencia

Perotti sacó su foto con Messi bajo las cenizas de 300 mil pasajeros menos

Quedó muy lejos del top ten. Y no es solo por las políticas anti low cost: el bonaerense San Fernando aventaja a plazas relevantes del interior como Mendoza y Córdoba.


Perotti con Messi y Di Maria en el aeropuerto de Rosario

Los números son duros y a los números es difícil refutarlos. Según datos de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), en lo que va del 2022 se trasladaron por el Aeropuerto de Rosario algo más de 300.000 personas contra 650.000 de 2019, el año previo a la irrupción del Covid. Se recuperó parte del tráfico perdido en la pandemia, es cierto, pero todavía falta la mitad.

En tres años, la aeroestación descendió del décimo al décimo séptimo lugar en el ránking de las terminales con mayor movimiento del país cuando antes había logrado superar a ciudades como Ushuaia, Iguazú, El Calafate y Salta, todos destinos con gran flujo turístico. Uno de los grandes déficits de la oferta de la terminal aérea de Fisherton pasa por la ausencia de aerolíneas de bajo costo, que dejaron el aeropuerto de Rosario por una mezcla de baja rentabilidad y cuestiones de índole política.

De hecho, tras asumir su mandato el gobernador Omar Perotti le cerró el grifo a las low cost. A través del decreto 0257/2019 quedó derogado el “Programa General de Fomento de Transporte Aeronáutico” y barrió con una política de impulso a la operación de nuevas líneas aéreas en la provincia. En marzo de 2019, la administración socialista había acordado el aporte de $4 M a Flybondi para “fortalecer el desarrollo de nuevas rutas”, pero a menos de un año de la puesta en práctica de esta herramienta, el nuevo gobierno le bajó el pulgar. Toda una definición política en materia aerocomercial.

El incentivo de la era Lifschitz estaba acompañado de una serie de bonificaciones en cuanto a tasas operativas, de aterrizaje y estacionamiento de aeronaves, y servía para acompañar los primeros meses de operación de nuevas líneas como Flybondi y JetSmart. Por otro lado, la medida nacional de volver a aplicar tarifas máximas y mínimas para los pasajes aéreos de cabotaje fue un golpe duro para las low cost y una jugada fuerte para favorecer a la aerolínea de bandera en la capitalización de esos vuelos. Aunque no es solo por las políticas anti low cost. El aeropuerto bonaerense de San Fernando (de la red Aeropuerto Argentina 2000) también aventaja a plazas relevantes del interior como Córdoba y Mendoza. De acuerdo a los datos difundidos en noviembre por la Anac y tomando como referencia los vuelos internacionales, encabezan Ezeiza con 2.527 movimientos y el aeroparque Jorge Newbery con 2.271, gracias a sus operaciones regionales a Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil. Y sorprende que el puesto número tres recaiga en San Fernando, con 330 vuelos al exterior. Fue una de las terminales que más creció en la pospandemia, relegando incluso a Mendoza (253) y Córdoba (242). ¿Rosario? No formó parte siquiera del top 10.

El panorama de la terminal de Fisherton hoy está muy lejos del que fue hace apenas tres años. De contar con unas 10 líneas aéreas operando (aunque no de forma simultánea), en la actualidad solo despega Aerolíneas Argentinas, la panameña Copa y la brasileña Gol. La vuelta de Flybondi en 2023 -que se fue en pandemia y nunca más volvió- sería una aliciente en medio del complejo escenario. Aunque la intención de la low cost para volver a operar en Rosario está lógicamente atada al mercado. La aerolínea, primera en su tipo del país, cuenta con bases en Buenos Aires y Córdoba, pero a la ciudad todavía no volvió.

Números duros muestran que el aeropuerto de Rosario no levanta vuelo En octubre pasado, una investigación de la concejala Verónica Irizar levantó polémica. En ella daba cuenta de que “hubo 21 mil pasajeros internacionales en 2021 contra más de 500 mil en 2018”, lo que representaba una caída del 90% en tres años para la terminal aérea de Fisherton. “Rosario es el Aeropuerto con peor desempeño entre los principales”, sostenía el informe, que marcaba además el abrupto descenso en el ranking para la terminal aérea local (del puesto 10 al 17). En 2018, por poner un ejemplo, había conexiones internacionales a Lima, Santiago de Chile, Río de Janeiro, Recife, Porto Alegre, San Pablo, Panamá y Florianópolis. Hoy sobreviven Panamá, Río de Janeiro y San Pablo. Quien recogió el guante fue Eduardo Romagnoli, presidente del AIR, que se quejó por el documento que circuló de manos de la edila. “Estamos en franca recuperación. Se trata de un documento tendencioso porque compara datos de 2018 con un año de pandemia”, replicó.

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